Un policía local intentó salvar al niño de Lardero con un desfibrilador
El agente se lo arrebató de los brazos al asesino, bajó a Álex a otra planta con un guardia civil y corrió al coche policial en busca de las palas
Francisco Javier Almeida, el presunto asesino del pequeño Álex, intentaba coger el ascensor en el segundo piso con el cuerpo aún con vida del niño cuando lo sorprendió, primero un vecino, y a continuación una patrulla de Policía Local y otra de Guardia Civil. Los agentes locales fueron los primeros que lo encontraron en cuanto lograron acceder al bloque de la calle río Linares de Lardero (La Rioja). Uno de esos policías locales fue quien le arrebató a la criatura de los brazos mientras sus compañeros se abalanzaban sobre el autor y lo detenían .
Este agente, seguido de un guardia civil, bajó a Álex a la primera planta a la espera de que llegara la ambulancia que, según fuentes policiales, fue llamada a las 20.40 horas, menos de veinte minutos después de que la madre denunciara la desaparición a menos de cien metros. El policía local dejó al pequeño con un hilo de vida con el guardia y corrió escaleras abajo al coche patrulla donde llevaban un desfibrilador. Con esas palas regresó de nuevo a toda velocidad al primer piso e intentó sacar al niño de la parada cardiorrespiratoria en la que ya estaba hasta que llegaron los médicos.
Ni él ni las asistencias sanitarias lo lograron. Álex ya había muerto supuestamente por asfixia . La víctima presentaba marcas alrededor del cuello, como informó ABC. Pese a que todos volaron en busca del menor el depredador corrió más al descubrir que la víctima era un niño y no una niña como creyó por error.
Los investigadores tienen claro que el objetivo de coger el ascensor era esconder el cuerpo en el maletero de su coche , un flamante Peugeot aparcado en el garaje que se había comprado hace poco. La única forma de acceder a ese garaje, según varios vecinos consultados, es a través del montacargas, de ahí que Almeida se arriesgara a cargar con el cuerpo en brazos del tercer piso, donde vivía, al segundo, en el que lo sorprendieron.
Almeida permanece desde el domingo en la prisión de Logroño , con un preso de apoyo y protocolo antisuicidios. La juez de Instrucción número 2 lo envió a la cárcel sin fianza por un presunto delito de homicidio. Mientras Lardero sigue pidiendo explicaciones. Nadie sabía que junto a sus casas y su colegio vivía un depredador sexual y asesino.
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