Perfil
Alfonso Alonso: El peón sacrificado por Rajoy
Dejó a su pesar el Ministerio de Sanidad para encabezar la lista del PP vasco en 2016; leal a Santamaría, libró una larga pelea con Casado
Alfonso Alonso (Vitoria, 1967) apretó puños y dientes cuando, muy a su pesar, en el verano de 2016 Mariano Rajoy le pidió que regresara a Vitoria para ser el candidato del PP vasco. Era el peón sacrificado. Rajoy le había premiado un año y medio antes por su labor como portavoz del grupo parlamentario del Congreso con el Ministerio de Sanidad para sustituir a Ana Mato , atrapada en la Gürtel .
El entonces ministro de Sanidad ponía así fin a su prolija actividad política en Madrid, en donde había destacado como eficaz y leal lugarteniente de Soraya Sáenz de Santamaría , primero en el Congreso, donde llegó a ser portavoz, ya después en el Gobierno, dentro del núcleo de poder de la vicepresidenta.
Su misión: salvar los muebles de un partido muy debilitado en el País Vasco , en cuya crisis de identidad él mismo había medrado pugnando contra Arantza Quiroga , la entonces líder elegida por María Dolores de Cospedal . Tras la salida repentina de ésta de la trituradora política vasca, Génova le hizo presidente regional en octubre de 2015. El PP vendió su experiencia de gestión –fue alcalde de Vitoria (1999-2007)– y su capacidad negociadora demostrada en los pasillos del Congreso. El PP perdió en 2016 un escaño y empató a nueve con el PSE compartiendo el farolillo rojo del constitucionalismo en el Parlamento de Vitoria.
Con la caída de Rajoy derrocado por el PNV , Alonso apoyó a su jefa y amiga Santamaría en las primarias que ganó Casado. No ocultó nunca su falta de sintonía con el hoy líder de Génova. De hecho, él era el último rebelde del PP dispuesto a ir al choque con una dirección a la que censuró que se aproxime a Vox . Ni el viernes fue a la firma del pacto con Ciudadanos , ni tampoco se puso en la foto de Colón. «Hay gente que no sabe irse», señalaba en privado estos días un dirigente afín a Casado. Ni el cariño de Feijóo transmitiéndole su apoyo en la guerra abierta con Casado le salvó. Su suerte estaba echada.
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