Rivera busca movilizar a más de medio millón de votantes del PSOE que el 20-D se abstuvieron
Ciudadanos confía en que la participación no caiga del 70%
La idea que más ha repetido Albert Rivera en las últimas semanas es la del «rescate» de la clase media. O más concretamente la de aquellas personas «que han dejado de ser clase media» por culpa de la crisis. Las apelaciones de Ciudadanos durante esta campaña irán esencialmente encaminadas a primero movilizar y luego atraer a ese votante, para evitar que se vea seducido por Podemos. [ Consulta aquí el programa de Ciudadanos para el 26-J ]
El programa planteado ayer por Ciudadanos, con una Memoria Económica que renuncia a algunas de sus medidas fiscales , pero que incorpora un paquete de gasto social de 8.500 millones de euros. Además, este programa se ha reorientado desde la idea original de Ciudadanos, que antes lo fiaba casi todo a su complemento salarial y que ahora diversifica incoroporando planes contra la pobreza infantil, la ayuda a estudiantes con dificultades o la potenciación de las políticas activas de empleo. Se observa una clara influencia del plan alcanzado con el PSOE.
Uno de los objetivos principales de la formación pasa por movilizar a los votantes que se definen como centro-izquierda en la escala ideológica. Según los cálculos del partido esta bolsa de votantes podría acercarse a los 600.000 votantes . El director de la campaña de la formación, José Manuel Villegas, confirma que «ese es el segmento más desmovilizado». Y cifra en un uos 400.000 votantes esa franja de votantes «de centro» que se quedaron en casa el 20-D. Villegas se refiere a los que se definen entre el 4,5 y el 5,5 en una escala ideológica en la que 1 es extrema izquierda y 10 extrema derecha.
Esta franja de voto ha sido desde hace meses la gran obsesión del partido. Desde la dirección aseguran que el pacto con los socialistas les ha abierto a esa franja de votantes. Eso explicaría que las encuestas les otorguen ligeros repuntes de voto en un contexto en el que también están descontando algunas fugas hacia el PP por el centroderecha.
El momento más dulce de Ciudadanos en las encuestas, tras el 27-S en Cataluña, se cimentó en que sondeo tras sondeo doblaban el flujo de votantes procedentes del PSOE. En la formación recuerdan que esa transferencia rozó el 20% en algunas encuestas y que finalmente se quedó en un 4%. El objetivo es volver a seducir a ese electorado . El programa presentado ayer elimina por ejemplo los elementos de redacción sobre la violencia de género a los que el partido atribuye gran parte de su desgaste durante la pasada campaña.
Ciudadanos tiene el electorado más volátil . Pero la otra cara de esa moneda es que también tiene potencial. Tiene frontera de voto con sus otros tres competidores. Por eso tiene que activar estrategias para resistir y pelear en todos los frentes . Contra el PP la estrategia pasa por ofrecer renovación en aquellas áreas donde los populares podían ser referentes: unidad de España, gestión económica o dureza con Podemos . Además cuentan con que la imagen de Rivera goza, según las encuestas de buena valoración entre sus votantes, y en algo más importante: en el centroderecha no hay otro competidor electoral . Con lo que el descontento con el PP puede acudir de forma «natural» a su formación. Cuidando que no vayan a la abstención.
En cambio el descontento con el PSOE tiene la opción de Podemos. Especialmente si el elector es menor de 44 años, los de Iglesias y los de Rivera comparten franja de votantes, pese a sus discrepancias ideológicas. De ahí la estrategia de apelar a la clase media y a la moderación y presentar a Podemos como un partido radical . Sus propuestas tienen un marcado carácter social en muchas áreas y creen que pueden competir bien en ese electorado moderado si conjugan eso con la imagen de «nueva política, modelo territorial y responsabildad en las cuentas públicas». Ese es el cóctel que van a tratar de exprimir esta campaña.
Este ejercicio de movilizar a estos abstencionistas es fundamental para el partido. En la dirección de campaña verían «aceptable» una participación «en torno al 70%», y creen que con las tendencias actuales de las encuestas les daría para consolidar incluso mejorar los resultados.
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