Debate electoral

El «raca raca» catalán, las «herriko tabernas», los sobres con dinero y otras polémicas del debate

Los cinco candidatos protagonizaron una serie de duelos que aportaron más color que claridad a una cita que se antojaba fundamental de cara a las elecciones del próximo domingo

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Albert Rivera dimite como líder de Ciudadanos

Los cinco candidatos a la Presidencia de los principales partidos, al inicio del debate ÁNGEL DE ANTONIO | Vídeo: Las SS, ETA y las «herriko tabernas»: Abascal e Iglesias protagonizan un tenso momento durante el debate

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Toma y daca. El debate, por ser el único de esta campaña, no tuvo nada que ver con los dos que hubo entre los candidatos a la Presidencia de camino a las pasadas elecciones del 28-A. Los cinco líderes de los principales partidos adoptaron un talante algo más contundente y eso posibilitó que se sucedieran, en casi todos los bloques, distintas polémicas.

Cataluña, ¡cómo no!

La primera polémica, como no podía ser de otra forma, fue Cataluña. Y ahí, Pablo Casado y Pedro Sánchez apenas tardaron un turno de palabra en enzarzarse. El presidente del PP lanzó una pregunta media docena de veces, por lo menos, al candidato socialista. «¿Es una nación Cataluña?», le cuestionó el popular. «Ya estamos con el raca raca» o «¡qué barbaridad, señor Casado!» fueron las dos frases que más se parecieron a una respuesta de las pronunciadas por el presidente del Gobierno en funciones.

Pedro Sánchez, en los momentos previos al debate electoral ÁNGEL DE ANTONIO

Quiso meterse en la discusión Albert Rivera, presidente de Ciudadanos, que sacó hasta un adoquín y un pergamino, pero Casado, más atinado que en abril, le cerró el paso. «No se equivoque de enemigo», le espetó, mientras Iglesias prefirió no mojarse demasiado la ropa con este tema y lanzar un guiño a la España Vaciada , que también los problemas de los españoles que no tienen trenes dignos encajaban en el bloque de cohesión territorial. Abascal, mientras Sánchez y Casado discutían, aprovechó para cargar contra la gestión de PSOE y PP en los orígenes del problema catalán.

Sobres con dinero

El económico no fue el bloque más entretenido de cara al espectador, pero sí dejó un momento polémico ligado con la corrupción. Abrió la lata Iglesias, con un sutil resto a un ataque de Casado a Sánchez. El líder del PP criticó que, quien quiera votar al PSOE tendrá que « meter la papeleta y otros 1.000 euros en el sobre , que es lo que les va a costar al año» votar a los socialistas. «De sobres con dinero dentro saben ustedes más que nadie», le lanzó Iglesias a Casado, para abrir el tarro de las esencias.

Y ahí irrumpió quien más lo necesitaba, Rivera, que propuso un novedoso impuesto: el ICB o, como dijo el presidente de Ciudadanos, el «Impuesto a la Corrupción del Bipartidismo». Al margen de la curiosidad, Casado y Rivera cruzaron varias acusaciones con la corrupción como eje central . Mientras el líder del PP acusó al de Ciudadanos no ser capaz de hacer unas primarias limpias -por el «pucherazo» en Castilla y León»; Rivera acusó a Casado de ser «un cutre».

Sánchez se vistió de Abascal

Santiago Abascal, antes de comenzar el debate ÁNGEL DE ANTONIO

Los debates electorales dan para cosas extrañas, como que Sánchez se apropiara de uno de los mantras de Vox. El candidato socialista llamó a Casado «derecha cobarde» hasta en dos ocasiones, curiosamente en una campaña en la que Abascal ha desterrado esta crítica contra los populares.

La Memoria Histórica, otro fijo

Y si estaba claro que el tema de Cataluña iba a monopolizar minutos del debate, la Memoria Histórica no podía faltar. Un encendido debate, aunque siempre dentro de la educación, entre Abascal e Iglesias comenzó cuando Sánchez propuso ilegalizar la Fundación Francisco Franco para continuar con la línea trazada con la exhumación de Franco.

A partir de ahí, con Rivera y Casado como convidados de piedra, Abascal e Iglesias comenzaron una batalla en la que el de Unidas Podemos afeo al de Vox ser un totalitario; mientras Abascal le criticó sus paseos en el pasado por las «herriko tabernas» . El duelo terminó cuando Rivera, como le recriminó Abascal, «se metió por medio».

Al margen de los diferentes roces, el debate se volvió a saldar sin grandes errores ni grandes aciertos por parte de los candidatos, que se esforzaron en agradar a los suyos ante el miedo a la abstención. Como en la mayoría de los debates, mucho color , algunos fuegos artificiales, pero poca luz.

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