La buena noticia que Sánchez espera

Tal como están sus encuestas, la mejor noticia que el 26 de junio puede deparar a Pedro Sánchez es la de constatar que el PSOE también ha perdido en Andalucía. Y Susana Díaz, que lo sabe, ha iniciado una guerra sin cuartel contra Podemos para evitar una derrota frente al PP que cortaría de raíz sus aspiraciones de sustituir al actual candidato a la presidencia de su partido en la secretaría general.

Los socialistas consiguieron un escaño más que los populares en Andalucía en diciembre, y aquel 22 a 21 se ha convertido en las últimas encuestas en un empate entre las dos formaciones a 19, con tendencia del PP subiendo y el PSOE bajando a costa de Unidos Podemos, para el que se vaticinan 14, mientras que Ciudadanos conservaría sus 8. Como a nivel nacional, el reparto de escaños dependerá de un puñado de votos que serán decisivos en Sevilla, Málaga, Granada y Jaén.

Consciente de que se juega su futuro político a escala nacional tanto como Pedro Sánchez, Susana Díaz está haciendo campaña de pueblo en pueblo, ciudad por ciudad andaluces como si las elecciones fueran autonómicas y ella la candidata. A diferencia de su secretario general, su discurso se centra en atacar a Podemos frontalmente. Ella se lo puede permitir porque gobierna con el apoyo de Ciudadanos, mientras que él sabe de sobra que sus escasas posibilidades de residir en La Moncloa pasan por firmar un acuerdo con Pablo Iglesias y por lo tanto su actitud hacia este es de propinarle pellizquitos de monja, con la penitencia de soportar las críticas que esa moderación despierta en la vieja guardia de su partido.

El PP nunca ha alcanzado el gobierno de la Nación sin ganar en Andalucía, la comunidad con más votos. A ese factor se une en esta campaña la posibilidad de pescar en río revuelto de la crecida de Podemos y el descontento de anteriores votantes de Ciudadanos por el apoyo de ese partido a los socialistas en Sevilla. Los dirigentes populares y los ministros con mejor imagen se están pateando la región con tanto ahínco como Susana Díaz y Mariano Rajoy protagonizará dos grandes mítines la última semana se campaña, uno en Málaga, otro en Sevilla.

Pero la noche del 26, cuando se cuenten los votos, además de estudiar los resultados y comenzar a calcular sobre posibles coaliciones, será obligatorio el análisis de qué ha ocurrido en Andalucía para predecir, con más acierto que lo que se deduzca del recuento global, qué es lo que va a pasarle a Pedro Sánchez.