Curri Valenzuela - Análisis

Barba o coleta

La campaña electoral se ha convertido en un mano a mano entre Mariano Rajoy y Pablo Iglesias

Mariano Rajoy en un acto electoral en Murcia EFE
Curri Valenzuela

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La campaña electoral se ha convertido, como muy bien acaba de demostrar la encuesta del CIS , en un mano a mano entre Mariano Rajoy y Pablo Iglesias , los dos únicos candidatos con posibilidades, salvo sorpresas de última hora, de convertirse en presidente del Gobierno. Una realidad que gusta muchísimo a Podemos, pone de los nervios al PSOE, preocupa a Ciudadanos y siembra cierta inquietud dentro de sectores del PP.

Después de estudiar detenidamente la encuesta en teoría más fiable, Pedro Sánchez y los suyos han declarado una guerra abierta a los de Iglesias con ataques furibundos que seguramente llegan tarde. Resulta difícil olvidar como les han cortejado hasta ahora y en cuantos ayuntamientos y comunidades los socialistas gobiernan con el apoyo de Podemos. Y a la inversa. Dos semanas después de haber entrado a formar parte del gobierno de Ada Colau han descubierto que pueden desaparecer devorados por quienes creían sus mejores socios.

El PSOE es víctima ante Podemos de lo que los politólogos norteamericanos denominan «el efecto banwagon», el arrastre gregario que hace que mucha gente se suba al carro del ganador y haga o piense lo que hace o piensa la mayoría en contra de su propiocriterio. Por el mismo motivo por el que nos resulta inadmisible ver los partidos de la Eurocopa en una televisor de pantalla plana después de que la mayoría de nuestros vecinos hayan cambiado los suyos por los de pantalla curva, la forma más aceptable para el votante de izquierdas que no quiere de ninguna manera que gobierne el PP es votar a Podemos .

Los socialistas se toman así el jarabe de su propia medicina . Tanto ha fomentado Sánchez el odio a Rajoy, tanto ha basado su último año de campaña en desacreditar al candidato popular en lugar de presentar propuestas propias, que ahora que las encuestas le señalan incapaz de desalojar al PP de La Moncloa, los españoles de izquierdas se están apuntando masivamente a la opción que sí aparece preparado para conseguirlo.

Para la campaña del PP suena a gloria bendita esta guerra PSOE-Podemos, ambos empeñados en desacreditarse mutuamente en vez de unirse en criticar a Rajoy. Y aún le viene mejor el resultado de la encuesta del CIS que deja en el aire la posibilidad real de que Pablo Iglesias consiga la presidencia del Gobierno con el apoyo de toda la izquierda y los nacionalistas. Los populares se disponen a fomentar el voto del miedo aunque hay voces dentro de su partido que alertan del peligro de polarizar la campaña al modo que hace un año costó la alcaldía de Madrid a Esperanza Aguirre.

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