Portugal se escapa

Nuestra prensa oficialista subraya que Costa ha presentado unas cuentas públicas «al gusto de Bruselas», que reducen la deuda pública y el déficit, «a costa de defraudar a pensionistas, funcionarios y clases medias, que perderán poder adquisitivo». Para los juglares de Sánchez, la ortodoxia de Costa debe ser señalada como una nueva heterodoxia. Pero, ¿realmente ha traicionado Costa las ideas socialdemócratas frente a la pureza de Sánchez y sus Presupuestos de «gasto social récord»?

El secreto portugués es el pacto de rentas alcanzando antes de la presentación del proyecto de Presupuestos. Los pensionistas no recibirán la revalorización que marca la ley porque, al igual que los funcionarios, el Estado portugués forma parte del pacto que se firmó el domingo y ha tenido que plantearse ciertas limitaciones a sus deseos. El acuerdo incluye reajustes limitados de rentas (que no llegan al 100% de la inflación para tratar de moderar los efectos de segunda vuelta), ventajas fiscales (adecuadas para luchar contra una estanflación) y medidas valoradas en 3.000 millones de euros para frenar el aumento de los precios de la energía. En España se han adoptado algunas de estas medidas, pero de manera desordenada y dispersa, sin una visión política detrás -que es el trabajo del presidente- que las unifique y les otorgue coherencia. ¡Después se quejan en Moncloa de que sus decisiones no cosechan la intención de voto de la ciudadanía!

El pacto de rentas es un aspecto que ni Sánchez ni su vicepresidenta Nadia Calviño se tomaron en serio en España. Para ellos, el acuerdo que pedía el gobernador del Banco de España era una cuestión de los agentes sociales que no iba con el gobierno. Por eso en España no hay un acuerdo de concertación social para intentar repartir equitativamente la carga de la inflación y en Portugal sí.

Hace mucho que Portugal nos da lecciones. En vez de imponer impuestos al patrimonio de los ricos, les ofrece una 'golden visa' para que se instalen a sus anchas en su país y sitúen allí sus capitales. Quizá por eso si tomamos como referencia lo ocurrido con su renta per cápita entre 2007 y 2020 lo que nos sale es que la española ha caído un 0,7% y la portuguesa ha aumentado un 17%. España está en su espléndido estancamiento y, en cambio, Portugal se escapa de la península ibérica. jmuller@abc.es