El acierto de Calviño
Lo bueno de tener a Bacigalupo en la CNMV es que no todas las decisiones que juzgue provendrán de su esposa

El diputado 'popular' Jaime de Olano es un hombre empecinado que no ve nada bueno en la gestión del Gobierno. Ayer se empeñó en criticar la decisión de Nadia Calviño de nombrar a Mariano Bacigalupo como consejero de la Comisión Nacional del Mercado de Valores ( ... CNMV) porque, según él, existe un «conflicto de intereses». Como corresponde a una buena compañera, la vicepresidenta primera defendió la idoneidad «absoluta» del esposo de la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, para desempeñar este cargo retribuido con unos 140.000 euros anuales.
Olano se niega a ver la importante mejora institucional que supone esta decisión de Calviño. Según el diputado del PP, hay conflicto de intereses porque Ribera «toma a diario decisiones sobre empresas sometidas al control de la CNMV» donde está su esposo. Lo cierto es que la situación será mucho menos mala que antes desde el punto de vista de nuestra decadencia institucional. Bacigalupo viene de ser consejero de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), donde sus decisiones recaían, casi en un 100% de los casos, en empresas reguladas por su mujer. La mejora está en que ahora, desde su apostadero en la CNMV, puede que a Bacigalupo sólo le toque intervenir en algún caso de compañías afectadas por decisiones de Ribera y existirá un margen mayor de asuntos que escaparán del ámbito estrictamente familiar. Por lo tanto, la situación objetivamente ha mejorado.
También Carlos Arenillas era «absolutamente» idóneo para el cargo de vicepresidente de la CNMV, pero resultó ser un submarino del PSOE que reventó el organismo desde dentro para forzar, en 2007, la dimisión de Manuel Conthe que entonces era el presidente. Arenillas fue el encargado de alinear a una mayoría de los consejeros según los deseos del Ejecutivo de Zapatero y de aislar a Conthe cuando se debatió la cuestión de las sanciones a Enel y Acciona por sus maniobras en la opa de Endesa que obstaculizaron la oferta de la alemana E.On. Cuando Conthe renunció sólo exigió la dimisión de una persona más -Arenillas- por la evidente labor de zapa que había ejercido en el órgano supervisor.
Al igual que Bacigalupo, Arenillas también estaba casado con una ministra socialista (Mercedes Cabrera) y había sido presidente de Intermoney, una de las firmas de intermediación financiera que resultó ser un granero de altos cargos socialistas.
Los Bacigalupo-Ribera eran vecinos de los Sánchez-Gómez en la misma urbanización madrileña y compartían la copa de los sábado. De la trayectoria de Bacigalupo en la CNMC se comenta que sus decisiones siempre han estado perfectamente alineadas con los deseos del Ejecutivo. Su llegada a la CNMV es un aviso para el presidente Rodrigo Buenaventura, quien ha demostrado independencia de criterio frente al gobierno, sobre todo en el caso Indra. Ahora, Buenaventura, justamente un discípulo de Conthe, ya tiene su propio Arenillas. jmuller@abc.es
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