Solo Madrid y las islas tienen más empleo ahora que antes de la crisis
Doce años después, España todavía tiene 751.000 puestos menos que antes de que estallara la recesión

Doce años después del estallido de la última gran crisis, España aún no ha recuperado el empleo que destruyó la recesión. La economía tocó fondo al acabar 2013. A partir de ahí empezó una remontada que se mantiene, pero cada vez es más débil. En los seis años de crisis, España perdió 3,58 millones de puestos de trabajo; en los seis de recuperación ha creado 2,83 millones de empleos netos, según la última Encuesta de Población Activa (EPA) que publicó esta semana el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es decir, a España le faltan 751.000 empleos para cerrar las heridas de la crisis, al menos desde el punto de vista cuantitativo.
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Tras la cifra de conjunto afloran también otros problemas añadidos. Uno de los más gruesos es la disparidad que se da entre unas regiones y otras. Es imposible hablar del mercado laboral español como una realidad unitaria porque es un país que transita a tres velocidades: un pelotón de cabeza formado por las tres únicas regiones que tienen más empleo ahora que antes de la crisis - Madrid, Baleares y Canarias -; un grupo de autonomías que han recuperado más de la mitad del empleo que perdieron durante la recesión, pero a las que todavía les queda un importante trecho para recuperarse del todo; y un pelotón de cola formado por regiones que, a estas alturas, aún no han recuperado ni la mitad de los puestos de trabajo que perdieron durante la crisis.
El pelotón de cola
La más rezagada es Asturias , incapaz de levantar cabeza tras la desaparición de la minería y el declive de la industria pesada de la que se nutrió históricamente. Tras Asturias completan ese pelotón de cola el País Vasco , que hasta el momento solo ha recuperado el 44,5% del empleo que se le esfumó durante la recesión; Cantabria, que ha compensado un 45,5% de lo perdido; y Galicia, que ha recuperado el 48,3%.
Galicia tiene 100.000 ocupados menos ahora que hace doce años, justo antes de la crisis. La Comunidad Valenciana, 152.700 empleos menos. Cataluña tendría que crear 143.200 puestos de trabajo para volver a las cifras de ocupación que tenía a finales de 2007. A Andalucía le faltan todavía 101.700, 89.500 a Castilla y León , algo más de 50.000 a Castilla-La Mancha , 40.100 a Aragón ...
En el extremo contrario se sitúa el trío de las regiones aventajadas, las que hace tiempo que lograron curar las heridas que la crisis causó a sus mercados laborales y han logrado tener más ocupados que antes de la recesión. Madrid tiene ahora 24.500 empleos más que hace doce años; Baleares cuenta con 71.500 ocupados más; y Canarias con 50.600 más.
El panorama que ofrecen estas tres comunidades contrasta con el ritmo de recuperación del resto de autonomías. Y para el grupo de las rezagadas el tiempo empieza a apurar, porque la economía española está demostrando cada vez menos capacidad para crear empleo. De hecho, en 2019 ya ha habido dos regiones que, en vez de crear trabajo, han destruido empleo neto , según la EPA: Castilla-La Mancha, que cerró el año con 5.900 ocupados menos, y Extremadura, que destruyó 200 puestos de trabajo el año pasado. Entre las comunidades que aún crearon empleo en 2019, en la inmensa mayoría se ha desplomado el ritmo de generación de puestos de trabajo.
En 2014 la economía volvió a crecer y a crear empleo. Tras seis años de remontada, España tiene 19.966.900 ocupados. Son 751.000 menos de los que tenía antes de la crisis
Además del hundimiento que se ha producido en Castilla-La Mancha y en Extremadura, hay otros casos de severa desaceleración. Por ejemplo, el País Vasco creó un 81,6% menos empleo en 2019 que en 2018, Galicia un 75,5% menos, en Andalucía se ha desfondado la generación de empleo un 61,5%, en Baleares un 60,9%, un 59,9% en Murcia... Solo cuatro regiones aguantaron el tipo: la Comunidad Valenciana, Madrid, Aragón y Cataluña -por este orden- lograron crear más empleo neto en 2019 que en 2018. En cifra absoluta, el mejor dato lo dio Madrid: el año pasado generó 138.900 puestos de trabajo, 30.300 más que en 2018.
La gran brecha laboral que se da en España entre unas regiones y otras obliga a actuar en múltiples frentes, según la secretaria de Empleo de CC.OO., Lola Santillana . Aboga por poner en práctica planes personalizados región a región, «analizar qué está ocurriendo en cada autonomía, porque seguro que lo que está pasando en Extremadura no tiene nada que ver con lo que está detrás del comportamiento laboral del País Vasco o Navarra, por ejemplo». Y reclama también que el Estado ponga en marcha con urgencia un plan de industrialización. «Lo venimos avisando desde hace tiempo, que el crecimiento del empleo en España se estaba concentrando en el sector servicios, mientras la industria perdía peso en el agregado laboral del país», indica.
Sectores en declive y al alza
«España no se ha tomado en serio apostar por la industria, cuando debe ser un pilar económico fundamental. Urge un cambio de modelo productivo que apueste por la innovación y por la industria», subraya la secretaria de Empleo de Comisiones Obreras. Advierte de que las cifras de la última EPA demuestran que l a estructura en la que se ha asentado el crecimiento económico español en los seis últimos años está agotando su capacidad de seguir generando empleo .
Por su parte, la experta en recursos humanos Pilar Llácer, profesora en EAE Business School, considera que un problema de fondo es que hay regiones españolas «que se han quedado ancladas en modelos productivos del siglo XIX », obsoletos para generar empleo y que no han sido sustituidos por tejidos productivos que sí son competitivos en la actualidad.
Hace doce años había en España 20,7 millones de ocupados, según la EPA del cuarto trimestre de 2007. La crisis redujo la cifra hasta dejarla en 17,1 millones
«Asturias se quedó anclada en su modelo minero y Extremadura en el agrario -afirma Llácer-. Son dos ejemplos de regiones ancladas en modelos laborales tradicionales que están absolutamente agotados», que eventualmente pueden seguir generando empleo, pero no al ritmo suficiente que demandan las sociedades de esos territorios. Y sin empleo es difícil asentar población.
En este sentido, la secretaria de Empleo de CC.OO. apunta que la parte de España que va más rezagada en la recuperación del empleo que perdió durante la crisis es, también, la España más expuesta a la despoblación. «La España vaciada se está haciendo más grande», lamenta Santillana.
Enseñanza y economía
Para la experta en recursos humanos Pilar Llácer, entre los modelos laborales que se han quedado obsoletos no solo están los que han transitado o transitan hacia su extinción -caso de la minería- sino también los que, pese a ser intrínsecamente pujantes -caso de la industria- se enfrentan a las consecuencias laborales de la revolución tecnológica. Pone como ejemplo el caso del típico operario que ha trabajado durante décadas en una cadena de montaje, pero esa cadena se ha automatizado y su trabajo deja de existir. Sin embargo, Llácer destaca que, a la vez que ocurre eso, «en todo el mundo hay una escasez de profesionales» de perfiles demandados por empresas en sectores pujantes y emergentes. Esta experta insiste en que «la automatización que destruye ciertos empleos también es una oportunidad, pero hay que estar laboralmente preparado para aprovecharla».
Llácer ve prioritario que desde los gobiernos se fomente la reconversión de los profesionales para que sigan siendo competitivos en el mercado laboral . «Para eso hay que hacer una inversión tremenda en ligar la educación al empleo, porque sigue habiendo una brecha brutal entre la formación que se imparte y lo que demanda el modelo productivo».