Muchos, incluso demasiados

Una cosa es que el reparto de sillones sea siempre una tarea ardua en un gobierno de coalición y otra, que la solución pase por aumentar el gasto a base de repartir sillones como si esto fuese Ikea

El próximo Gobierno de Pedro Sánchez tendrá 22 ministros, incluidas cuatro vicepresidencias REUTERS

IGNACIO MARCO-GARDOQUI A

Pedro Sánchez aseguró en el debate de investidura que su gobierno iba a ser moderado y de progreso . Primera promesa cumplida. Efectivamente su gobierno es de progreso. En efecto, antes incluso de iniciar su singladura hay ya 22 personas que han progresado. Empezamos bien. Menos claro está lo de la moderación. Desde luego no la encontraremos ni en el tamaño del consejo de ministros - que es innecesariamente exagerado -, ni en la pléyade de cargos dependientes, altos funcionarios, asesores, delegados etc., que iremos conociendo en los próximos días.

Una cosa es que el reparto de sillones sea siempre una tarea ardua en un gobierno de coalición y otra, que la solución pase por aumentar el gasto a base de repartir sillones como si esto fuese Ikea. Mal ejemplo y mensaje equivocado. Si piensa aumentar los impuestos, para incrementar los ingresos y poder asumir nuevos gastos, es una mala idea empezar a despilfarrar en estructura administrativa. Si quiere que el gobierno sea uno, hable con una voz y actúe bien engrasado, el tamaño supone un gran escollo.

Máxime cuando es evidente que este gobierno tendrá s erios problemas de coordinación, que han empezado desde el propio anuncio de su composición, cada uno por su lado y cada uno en su momento. De hecho se atisban cuatro bloques bien diferenciados. Uno, el de Podemos, formado por lo más aguerrido del conglomerado populista, una vez que Pablo Iglesias ha decidido mostrar su perfil más genuino y radical. Luego tenemos al bloque político, que debería ejercer de contra muelle a la marea podemita. Ahí encontraremos a la Vice Presidenta Calvo, y a los ministros Ábalos, Montero, Robles, Grande, Celáa, etc. Y, por último, la compensación al aroma comunista del ala Podemos, con Calviño, Rivera, Gonzalez, Escrivá, Planas y Maroto.

La ofrenda a Bruselas de una supuesta ortodoxia que será difícil de mantener. Por último, tenemos al bloque del guiño catalán. Uno de cada lado, Castells e Illa . ¿Se pueden mezclar todas estas “sensibilidades” en una única salsa, se pueden armonizar las voces de este coro tan dispar? No parece nada sencillo, en especial con la serie de problemas que empiezan a asomar por el horizonte catalán y por el panorama económico. No sé si esta legislatura será larga, lo que esta garantizado es que será tormentosa. Al tiempo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación