ENTREVISTA CON EL PRESIDENTE DE LA CEOE

«Es imposible subir el SMI a mil euros, destrozaría la negociación colectiva»

El presidente de la patronal, Antonio Garamendi, asegura que la subida del salario mínimo ha generado economía sumergida y avisa al nuevo Gobierno de que no se pueden subir las cotizaciones y pretender que aumenten los sueldos

El presidente de CEOE, Antonio Garamendi ÁNGEL DE ANTONIO
Susana Alcelay

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Antonio Garamendi (Guecho, 1958) apuesta por la prudencia a la espera de conocer al detalle el programa del nuevo Gobierno y sus tiempos. «Esperaremos a los hechos consumados y actuaremos en consecuencia», afirma. Pero este empresario vizcaíno ya avisa de que las medidas que se han anunciado pueden acelerar el deterioro de la economía.

Algunos le han sacado punta a la felicitación que desde su organización se hizo al presidente y de su disposición a colaborar...

Lo primero que hemos hecho es felicitar al Gobierno, porque es el gobierno legítimo, porque somos responsables y porque nosotros también estamos en la Constitución como agentes sociales. Tengo la responsabilidad de representar a los empresarios y mi obligación es sentarme a negociar. No negamos que en las elecciones del 28 de abril defendimos un pacto entre el PSOE y Ciudadanos. Y lo hicimos porque dos años antes llegaron a un acuerdo de ochenta puntos y pensamos que era lo mejor para el país. También defendimos que si este acuerdo no era posible el PSOE gobernara en solitario, porque había mayorías de moderación y de estabilidad.

¿Qué piensa de la tensión y la radicalidad que se está transmitiendo a la sociedad?

La calle no está en la vida política que se nos está trasladando. Nos venden todo lo que nos separa, pero nadie nos habla de lo que nos une, que son más cosas. No vivimos en una realidad tan crispada, y querer trasladar la radicalidad a la calle es muy peligroso y lo estamos viendo en Cataluña. Nuestra obligación es jugar un papel de moderación, que no tiene nada que ver con firmeza de ideas o con negociación o con plantear los temas con independencia, con lealtad institucional y sentido de Estado. Por ello estamos transmitiendo que queremos negociar. Hay que hablar de muchas cosas, de inmigración, de reforma laboral y buscar un pacto de Estado para las pensiones porque si, en este caso, ponemos parches iremos cada día a peor. Y no son temas de reales decretos. Deben lograrse acuerdos con mayorías amplias. Y hay que recordar que la mayoría del país ha votado moderación y estabilidad.

La CEOE calificó de populista y alejado de la ortodoxia económica el programa de Gobierno del PSOE y Podemos

Los empresarios dijimos que estábamos muy preocupados cuando conocimos un programa de Gobierno genérico. Ahora necesitamos más concreción, por ejemplo, en los cambios que se quieren hacer en el mercado laboral. Se habla de modificaciones profundos, de aspectos lesivos, pero no sabemos con exactitud qué se pretende. La reforma laboral impidió que se destruyeran muchos empleos porque muchas empresas sobrevivieron. Y no lo decimos solo nosotros, también el FMI, la OCDE o Bruselas.

¿Negociarían algunos cambios?

Todo es mejorable y quizá hay cosas que hay que reformar, pero hablar de aspectos lesivos… Hay que expresarse con seriedad porque el primer problema que tiene España es el empleo. Cuando la OCDE habla de desigualdad se refiere al empleo y no de los salarios, lo que no quiere decir que no queramos hablar de sueldos.

¿A quién perjudicaría más un derogación de la reforma laboral?

Especialmente a las pymes y a los autónomos que contratan a la mayoría de los trabajadores.

Una de las primeras medidas parece que será derogar por decreto el despido por absentismo.

Estamos oyendo solo una parte de las versiones. Algunos empresarios han hecho mal las cosas, pero algunos trabajadores también. Han sido tremendamente insolidarios con sus compañeros. Cuando veamos las cosas las plantearemos, pero gobernar por real decreto sería un error. Ahí está el decreto de los horarios, que ha generado un lío gordísimo. No decimos que no se cumplan los horarios, pero que afecte a todos los sectores y formas de trabajar diferentes… No se pensó, por ejemplo, cómo afectaría a la pesca cuando están seis meses en un barco. También ha ocurrido con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), legislar por decreto sin consultar ha terminado por generar más economía sumergida.

¿Es viable subir a mil euros el SMI?

Es imposible, destrozaría toda la negociación colectiva en España, los casi 5000 convenios. Se piensa que el SMI solo se paga en Madrid o Barcelona, pero nadie piensa en la España vaciada, en, por ejemplo, una peluquería de un pueblo de Extremadura que no creo que haya podido subir el corte de pelo un 23% y mantener el empleo que tiene. La subida del SMI ha llevado a la economía sumergida a mucha gente. A más de 40.000 trabajadores del campo, y no lo digo yo, lo dijo el secretario de Estado de la Seguridad Social, y a 15.000 empleadas de hogar. Y en este último caso no somos los empresarios, son las familias, que en algunos casos han tenido que recortar los horarios para seguir pagando lo mismo. Una subida que, por otro lado, no se ha indexado a los contratos privados, lo que está provocando que en contratos, por ejemplo, con un ayuntamiento, con márgenes muy pequeños, se tenga que pagar un 23% más en sueldos y el contrato sea el mismo.

¿Cree que Sánchez cumplirá su palabra y negociará el SMI con los empresarios?

Esperaremos a hechos consumados y actuaremos en consecuencia. Ahora vamos a ser prudentes.

El programa de Gobierno habla mucho de gastos ¿Cómo se pagarán?

Es clave que dejemos la política y las ideologías y nos sentamos a hablar. El planteamiento ahora parece que es de más gasto y luego verán cómo lo ajustan, al revés de cómo debe hacerse y de cómo lo hacemos las empresas. No se hablan de eficiencia y cómo buscarla. Se plantean 25.000 millones más de gasto y solo reconocen 6.200 millones de ingresos. Primero se gestionó con la Unión Europea el 1,8% del PIB de déficit, luego el 2% y nuestra previsión es que se llegue al 2,5% en 2019 y que el desfase alcance el 3% este año.

¿Las medidas del Gobierno de coalición podrían acelerar el deterioro de la economía?

En España hay una desaceleración, como en el resto del mundo, agudizada por la guerra comercial y el conflicto en Oriente Medio, que está elevando el petróleo, un factor peligroso para un país como el nuestro, con una elevada dependencia energética. Y en España hay una inestabilidad política y esto provoca falta de confianza de los inversores. Es necesaria estabilidad política que, junto a la moderación, nos proporcionará las reglas de juego para saber actuar. Está claro que las medidas sí pueden acelerar el empeoramiento de la economía. Un dato clave es la inversión, que se va deteriorando en el tiempo. Una empresa no se deslocaliza de un día a otro, deja de invertir en el mañana y cuando esto ocurre pierdes el futuro y el presente. Y si no hay estabilidad no habrá inversión. Se ha notado en el ahorro; se está consumiendo menos por falta de confianza.

¿Cuáles son sus previsiones de crecimiento para este año?

A la CEOE nos tildaron de muy pesimistas cuando en junio pasado aseguramos que el crecimiento en 2019 se limitaría ese año al 2,1% cuando el Gobierno decía que sería el 2,3%. Y ahora lo rebajamos al 1,9%.

En 2019 las bases máximas de cotización subieron un 7%. ¿Están preparados para un nuevo alza?

Nos preocupan mucho los efectos fiscales de las medidas que se adopten. Cuando se dice que se pague bien, que los salarios sean dignos no se habla de que ya el Estado ha hecho subir del tirón al empresario un 7% los salarios. La gente lo que ve es el coste neto, pero el coste para la empresa está ahí. Las cotizaciones para los sueldos de más de 45.000 euros brutos al año subieron el 30%, lo que significa que, del tirón, más el convenio, ha subido sin que el trabajador se entere un 9% el coste al empresarios. No se puede pretender que se pague más mientras usted, igual está gestionando mal la Seguridad Social. Es complicado para una empresa subir salarios y que mañana se vuelvan a destopar las bases máximas porque es imposible. Las empresas no llegan. Los costes laborales son hoy un 30% superiores a la media de Europa.

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