El fin de la moratoria concursal anuncia un aluvión de liquidaciones
Los administradores concursales avisan que miles de empresas optarán directamente por la disolución
Grandes compañías españolas aceleran sus desinversiones para evitar entrar en concurso
El tejido empresarial español se dirige hacia un nuevo escenario. Uno sin los ‘paracaídas’ habilitados durante la crisis. El próximo 30 de junio, la Comisión Europea pondrá fin -salvo sorpresa de última hora- a la mayoría de medidas coyunturales en el marco del Covid- ... 19 para las empresas. Un paso que supone la liquidación definitiva de apoyos como el fondo de rescate para grandes compañías estratégicas .
Pero esta no es la única medida que decaerá a partir de esa fecha. También caduca, salvo sorpresa mayúscula, la moratoria concursal, una medida que ha suspendido en los dos últimos años la obligación de las empresas de pedir el concurso en los dos meses posteriores al conocimiento de la insolvencia . También ha eliminado la posibilidad de que las empresas puedan acudir a los juzgados a pedir que sus deudores entren en concurso. Prorrogada hasta tres ocasiones desde el estallido de la crisis sanitaria, ahora su posible fin amenaza con destapar la realidad económica de miles de empresas.
Los administradores concursales creen que miles de compañías, sobre todo pymes , se han quedado ya por el camino en este periodo y ni siquiera tendrán la opción de presentar el concurso. Es decir, que no llegará a haber una avalancha en los juzgados, sino que se multiplicarán los concursos de acreedores exprés.
Esta modalidad está pensada para aquellas empresas que no pueden hacer frente al concurso de acreedores ordinario. No cuentan ya con bienes o no cubren con ellos el coste del concurso . Por eso el proceso no pasa de unas horas y se declara rápidamente la liquidación de la sociedad.
«Después de dos años y tres meses de moratoria muchas empresas se han quedado por el camino. Muchas de las que el concurso lo harán ya sin activos, por lo que es previsible que haya un aluvión de concursos exprés, que se abren y se cierran el mismo día en el juzgado», explica a este periódico el presidente de la Asociación Profesional de Administradores Concursales (Aspac), Diego Comendador .
El incremento de los concursos convencionales, aún así, será relevante. Porque todavía hay un grupo amplio de empresas que lucha por sobrevivir. Ya en 2021, año en el que las empresas solo tenían la opción de presentar concurso voluntario, el nivel de compañías declaradas insolventes ascendió a 5.682, la mayor cifra desde 2014, según . Y el comienzo del año tampoco ha sido demasiado alentador. Según la misma firma, 2.073 empresas han pedido entrar en concurso entre el uno de enero y el 30 de abril.
Para este año, los expertos del Registro de Economistas Forenses (Refor) del Consejo General de Economistas de España , han pronosticado que España se situaría en el top 10 mundial de países con mayor número de empresas en situación de insolvencia por factores como los peligros de los cuellos de botella en el comercio internacional, el riesgo de una inflación de carácter estructural, la incertidumbre en la regulación laboral y fiscal, el deterioro de las condiciones crediticias tras los avales ICO y el retraso en la llegada de los fondos europeos. Unos riesgos que se han superado con creces debido al estallido de la guerra en Ucrania.
Con todo, el tiempo ya apremia para las empresas que están pasando por un delicado momento financiero. En muchos casos se trata de grandes compañías, con miles de trabajadores en nómina, y con gran relevancia en sus sectores. El foco está en el sector turístico, donde mastodontes como Air Europa aceleran para realizar desinversiones que les permita salir a flote en los próximos meses.
Otro caso sonado es el de la hotelera Room Mate . La compañía de Kike Sarasola acelera para vender la compañía al fondo oportunista estadounidense Angelo Gordon y evitar así su entrada en concurso. La situación financiera de la cadena de hoteles es dramática. Hasta el punto de que su accionista más relevante, el fondo Rosp Corunna, propiedad de Sandra Ortega, ya ha mandado a la compañía el aviso de desahucio en dos hoteles que la gestora tiene alquilados a Room Mate en Nueva York y Miami.
Nueva reforma
Las firmas que se acojan al concurso de acreedores se enfrentarán, además, a nuevas reglas del juego. Porque la intención del Gobierno es hacer coincidir el fin de la moratoria con la entrada en vigor de la nueva ley concursal. De esta forma evitaría que algunos procedimientos se resuelvan con la norma anterior y, otros con la nueva.
El Ejecutivo cuenta además con una razón de peso para agilizar la reforma: es un compromiso con Bruselas . Al igual que otros cambios legislativos, como la segunda parte de la reforma de las pensiones, el Gobierno prometió a la Comisión Europea un calendario con la ley concursal. Debería estar lista en verano. En juego, 6.000 millones en subvenciones con cargo a los manidos fondos europeos.
Al igual que en otros casos, el Gobierno llegará apurado al plazo. La reforma concursal ya está en trámite parlamentario, pero ha recibido 607 enmiendas por parte de los grupos políticos. Algunos de ellos coinciden en reclamar la exoneración del crédito público para salvar empresas viables. Una medida a la que el Ejecutivo se resiste y que, según los administradores concursales, complica aún más la supervivencia de cientos de empresas tras la pandemia.
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