Los expertos prevén que el empleo y el consumo tiren aún más del PIB
Directivos y analistas encuestados por Pwc ven en la geopolítica el principal riesgo para la economía global
La economía española atraviesa un buen momento: el Producto Interior Bruto (PIB) crece al 3,2% anual y el paro baja a un ritmo del 8,7% y se sitúa en su nivel más bajo en siete años. Además, las previsiones son halagüeñas. El 65,4% de los expertos, empresarios y directivos encuestados por Pwc para su «Consenso económico», casi 20 puntos más que en el informe anterior, califica como bueno este último trimestre de 2016 y el 60,7% augura que el arranque de 2017 será igual o mejor.
«Las buenas perspectivas sobre el comportamiento del consumo y la creación de empleo vuelven a mejorar respecto a nuestro informe de junio y apuntan a un mayor crecimiento de la actividad durante los próximos meses », concluye la firma de auditoría y consultoría a partir del consenso económico de un panel de más de 350 analistas, empresarios y directivos españoles de diferentes sectores que hace cada trimestre.
La media de las opiniones de los panelistas sitúa el crecimiento de la economía española al cierre de este ejercicio en el 3%, y estima que el PIB avanzará durante 2017 un 2,6% , dos décimas menos y una décima más, respectivamente, que las previsiones oficiales del Ejecutivo popular.
Una de las razones para ese mayor optimismo es el final de la incertidumbre política respecto a la gobernabilidad de España, pues la encuesta se hizo entre los días 1 y 24 de noviembre, justo después de la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.
Más inversión productiva
Que se disipen dudas sobre la política económica impacta en las decisiones de inversión de las empresas. La encuesta de Pwc evidencia al respecto que el 40,6% de los directivos y expertos españoles auguran un incremento de la inversión productiva, frente al 36% que pensaba así en el segundo y el 25,5% de principios de año.
La mayor actividad empresarial es parte de ese círculo virtuoso de más consumo y más empleo. De hecho, la demanda interna, gracias en buena parte a la mejoría del mercado laboral y por tanto a la mayor renta disponible de los hogares , ha tomado ya el relevo del sector exterior como motor de la economía nacional.
El 44,3% de los encuestados cree que el consumo privado aumentará, frente al 25,9% que opinaba lo mismo a principios de año. El 50,9% augura una mayor demanda de vivienda, frente al 34,3% que decía eso en el primer trimestre del ejercicio. El 56,6%, frente al 42,4% anterior, pronostica un mayor crecimiento de las exportaciones , y el 55,7% cree que el empleo aumentará, cuando al empezar 2016 «solo» el 36,8% opinaba así.
«Las principales preocupaciones para la economía española en el corto plazo pueden venir por la situación de la economía mundial», dice el informe, que apunta además a que «el tempo electoral parece estar dominando las expectativas de los encuestados sobre muchas de las economías de la OCDE ». En concreto, casi el 60% de los empresarios y directivos ven en los factores geopolíticos el principal riesgo para las perspectivas de la economía global a corto plazo.
Trump, determinante
Así, por ejemplo, la victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos ha deteriorado los pronósticos sobre el devenir de la primera economía del mundo. Prueba de ello es que si a principio de año el 51,8% de los encuestados apuntaba a que la economía de EE.UU. iría a mejor en junio de 2017, ahora lo hacen el 40,4%. Y aquellos que consideran que irá a peor han pasado del 9,3% al 13,8%.
Algo similar ocurre en todo caso con los pronósticos empresariales y de los expertos para los grandes mercados mundiales. Al igual que en el caso de Estados Unidos, las perspectivas para Japón, China y la Unión Europea son de un crecimiento menos fuerte que en 2016.
Los principales obstáculos que señalan los encuestados, junto con los el equilibrio geopolítico internacionales, son los elevados niveles de déficit y deuda públicos y tensiones en los tipos de cambio. La crisis financiera y el tono de la política monetaria preocupan cada vez menos.
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