El BCE afila sus herramientas

Lagarde pondrá sobre la mesa cuestiones clave como la revisión estratégica que comenzará por resetear el objetivo de inflación

La presidenta del BCE, Christine Lagarde REUTERS

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Que hoy no vaya a haber modificaciones en la política monetaria del BCE, de hecho no se esperan movimientos al menos hasta marzo, no quiere decir que no vaya a haber novedades. El Consejo de Gobierno de la entidad, reunido por primera vez este año en Frankfurt bajo la dirección de Christine Lagarde , pondrá sobre la mesa cuestiones clave como la revisión estratégica que comenzará por resetear el objetivo de inflación. Es la primera revisión estratégica en 16 años y arranca poniendo en cuestión el inamovible mandato que aparece en los estatutos fundacionales, que es mantener la inflación cerca, pero por debajo del 2% . Lagarde podría empezar a das pistas, además, sobre los cambios tecnológicos, relacionados con el cambio climático y la igualdad, así como una nueva visión sobre la moneda digital que ya avanzó en la reunión de diciembre. En definitiva, el BCE aborda a partir de hoy una serie de cambios que permitan su adaptación al siglo XXI, aplazada hasta ahora por las exigencias de la gran crisis financiera con la que empezó la centuria.

Respecto al objetivo de inflación, los mercados esperan que el organismo sea más flexible, y permita que supere o se quede por debajo del 2%, a la vez que fije una mayor precisión en las oscilaciones, que hasta ahora aparecían definidas solamente como “ligeramente por debajo”. El Consejo debatirá también sobre algunas de las herramientas que utiliza para analizar la situación económica, como las expectativas de inflación. El BCE utiliza estimaciones internas y también las expectativas del mercado a través de los swaps 5y5y de inflación, a 10 años vista. La divergencia que se está produciendo entre estas dos medidas en los últimos años aconseja como mínimo un estudio del fenómeno. La oferta monetaria, por otra parte, cada vez resulta menos útil como mecanismo para intentar analizar la evolución de los precios, al tiempo que la publicación de las actas no parece ya suficiente transparencia, en comparación por ejemplo del gráfico de puntos que publica la Reserva Federal estadounidense (Fed), que indica las perspectivas de tipos de interés de los miembros. Se rumorea que Lagarde desearía imitar también a la Fed en la organización de las "Fed Listens" (La Fed escucha), reuniones en las que se el Consejo podría debatir cara a cara con académicos, legisladores y líderes de la sociedad civil.

Otra renovación que Lagarde quiere llevar a cabo es un más claro compromiso del BCE contra el cambio climático yluchar contra la contaminación, que podría cristalizar en incentivos a las compras de bonos verdes en el programa QE. Y en cuanto a la divisa digital, se imponen los hechos consumados. Hay ya un equipo trabajando en una posible moneda digital europea, admitiendo una realidad que se extiende ya a escala global y que el BCE de Draghi se empeñó en ignorar, ferrado a la vigencia única de las monedas tradicionales. Los otros bancos centrales que han planteado la apertura de cuentas en monedas digitales son el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón, el Banco de Suecia, el Banco Nacional de Suiza y el de Canadá, con la coordinación del Banco de Pagos Internacionales (BIS).

En lo que no se esperan cambios es en la tasa rectora de los tipos de interés que están anclados en el 0% desde 2016 y en los que los mercados no esperan cambios hasta 2022, ni tampoco por ahora en la facilidad de depósito, por la que el banco de bancos cobra un -0,5% a las entidades por guardar su excedente de liquidez. De hecho, las actas de la última reunión publicadas la pasada semana muestran un mayor optimismo en la economía de la eurozona, pero también "abundantes riesgos" que garantizan el mantenimiento de una política monetaria ultra laxa. A eso se suma que el Consejo de Gobierno considera necesario más tiempo para ver los efectos de las medidas de expansión monetaria que aprobó en septiembre, cuando recuperó su programa de compra de deuda a razón de 20.000 millones mensuales y aumentó al -0,5% la facilidad de depósito.

Konstantin Veit, senior portfolio manager de Pimco, explica las razones de esta foto fija. El panorama económico no ha cambiado sustancialmente. El BCE quiere darle tiempo al paquete de medidas aprobado en septiembre y la revisión estratégica durará hasta finales de año . "Será en marzo cuando tengamos la próxima ronda de previsiones trimestrales del BCE y creemos que potencialmente podría ser más interesante, particularmente si los riesgos políticos han remitido y el panorama económico ha mejorado de forma más significativa para entonces", considera. Bank of America, por su parte, no descarta la posibilidad de que el BCE adopte un tono más agresivo, que impulsaría la cotización del euro, a la espera de enfoques que realmente combinen las herramientas monetarias y fiscales para una mayor efectividad.

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