Manu Sobrino: «Nuestra queja era por la desigualdad de criterio»
«Al final se ha hecho justicia», señala el técnico del Cortevas Cocos
![Manu Sobrino](https://s2.abcstatics.com/media/deportes/2020/05/05/s/manu-sobrino-cocos-knaB--1248x698@abc.jpg)
Manu Sobrino , entrenador del Corteva Cocos , es uno de los artífices del éxito sin parangón de estas chicas que, tras sólo dos años en la élite, se han proclamado campeonas de la Liga Iberdrola aunque no haya sido del modo que más les hubiera gustado, ganando hasta el último envite del play off. Pero las circunstancias lo han impedido y, después de la controversia generada por la resolución de la FERugby el pasado jueves, el domingo rectificó, las eximió de la disputa de la fase final y las declaró campeonas. «Al final se ha hecho justicia», valora Sobrino, a quien el comunicado del jueves, emitido cerca de las once de la noche, lo cogió viendo una película. Y es que ya, tan tarde, casi nadie lo esperaba. «Le eché un vistazo al móvil y estaba echando humo», recuerda. «Nos inundó la indignación. Ya no por el título de liga en sí, sino porque la decisión valiente y difícil tomada con la competición masculina, nombrando a campeón, ascendido y descendido, no se hizo con la femenina, y aquí lo tenían muy fácil porque ya había un equipo campeón de la liga regular. Nuestra queja era por la desigualdad de criterio», subraya el técnico sevillano, para quien «lo más justo es esto, en estas condiciones y circunstancias».
«Que se pensara que las fechas del masculino no se podían meter y las del femenino, sí, por ser tres, me parecía utópico. Al final se ha impuesto la lógica », entiende Sobrino. No cree que haya que enfocarlo desde el punto de vista de la discriminación de género. «No, para nada, y de hecho hay gente que está usando ese argumento en contra de nosotras porque hay quien no está contento con esta última resolución. Lo que ocurre es que a cualquiera que lea la resolución (la del jueves), lo primero que se le viene a la cabeza es eso, que hay discriminación por género. Cuando no se explican las cosas bien se da pie a las interpretaciones», señala Sobrino, para quien pudo haber un factor decisivo que desató el conflicto: «Los clubes masculinos dijeron que no jugaban más y, con esa decisión, es más fácil cortar por lo sano, pero como los femeninos no metimos esa presión pensando que imperaría la lógica, la información de que no queríamos jugar la recibieron después» del comunicado del jueves en la Comisión Delegada. De ahí que rectificaran. «No esperaba que lo fueran a resolver tan pronto, pero es que clamaba al cielo. Si hay presión social es por algo, no por fastidiar», destaca. «Hay gente que nos está acusando de meter presión a la Comisión Delegada y a la vez utilizando el tema del género para ganar en los despachos. No es así. Lo que había que ganar estaba ganado en el campo. El tema del género hay que dejarlo a un lado. El que quiera saber cuál ha sido nuestra postura, la tiene en nuestras redes sociales y en los comunicados», añade Sobrino.
Polémica aparte, las Cocos han hecho historia. « Esto no entraba en ninguna quiniela . Y es una gesta, entre comillas. Porque el rugby es un deporte de experiencia y conseguirlo en el segundo año tiene mucho mérito», resalta el técnico, que le da todo el mérito a sus pupilas: «Hay mucha gente que está detrás, apoyando, la mayoría, pero también hay quien está intentando quitarnos cierto mérito y no, nadie nos ha regalado nada ni hemos provocado una pandemia mundial. Lo que han hecho estas chicas no se lo puede quitar nadie. Somos las primeras que queríamos ganar esto en el campo hasta el final y el año que viene lo intentaremos», subraya este estudiante de medicina de 27 años que compagina los estudios (el año próximo, el MIR) con su doble dedicación al rugby: entrena a las Cocos (con Jesús Romero, de 25 años) y juega en el Ciencias Cajasol Olavide. «Hay que darle el valor que merece el título. No sólo pone en órbita al rugby femenino, sino también al sevillano y el andaluz, aunque se empañe un poco con este jaleo», añade.
Las Cocos, jugadoras amateur que se entrenan en horario de 21.30 a 23.00, han roto la hegemonía del rugby femenino madrileño : «Tienen un magnetismo especial. Con ellas no hay divisiones. A quien le gusta el rugby en Sevilla es de las Cocos. Yo juego en División de Honor Masculina y no veo en muchos campos el ambiente que tienen ellas en la Cartuja. Jugar con 16 es mejor que hacerlo con 15», concluye Sobrino.
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