Real Madrid

Zidane y su plantilla, todos señalados

El Real Madrid mantiene la confianza en la reacción, que debe producirse mañana en el clásico y el martes en Moenchengladbach

Barcelona - Real Madrid, en directo

Tomás González-Martín

Llega el clásico y el Real Madrid nunca tiene sitio para el lamento y el victimismo. Hay que reaccionar, no valen justificaciones . El análisis de la crisis del Real Madrid comenzó en el vestuario nada más acabar el partido de la Champions frente al Shakhtar. Zidane protegió a sus futbolistas y se arrogó la responsabilidad de todo. Tiene buena parte de culpa, porque sus alineaciones han sido equivocadas en las dos últimas derrotas y sorprendió a los dirigentes y a la afición. Lo reconoció con hechos al cambiar el equipo en los segundos tiempos. Pero los futbolistas saben que la mayor parte de la culpa la tienen ellos, los que saltan al campo, porque su jefe ha confiado en todos, ha alineado a 18 hombres en los dos encuentros y le han decepcionado todos menos cinco: Vinicius, Courtois, Valverde, Mendy y Casemiro. Hay quince suspendidos en este doble examen. Poco puede hacer un técnico, aunque falle con tanta rotación en el once, si quince hombres no responden.

En el club se acepta, porque es su potestad, pero no se comprende, que siga alineando a jugadores que no se encuentran en buena forma, como Marcelo. Se sabía que en la Champions dejó a Benzema y Kroos en el banquillo pensando en el clásico, pero no se entendió tampoco que no jugara Vinicius d salida, el futbolista que encara a los rivales, el más veloz y el único que tiene una marcha más en el Real Madrid. Se equivocó Zizou al dar descansos cuando el equipo está mal y también era prioritario ganar en la Copa de Europa. Ante el cuadro ucraniano, con el desastre del 0-3 en el intermedio, tuvo que introducir a quienes descansaban, Benzema, Vinicius y Kroos, en la segunda parte.

En medio de la zozobra por esas dos derrotas hay una buena noticia para el Real Madrid: Sergio Ramos juega el clásico

El análisis futbolístico interno es que los onces de las dos primeras partes de esas dos derrotas no rindieron y ofrecieron una imagen inadmisible para el Real Madrid, sin presión, sin morder.El quid de la cuestión es el crédito que le queda a Zidane. Lo tiene, porque se lo ha ganado durante cinco años, pero se examina especialmente en el clásico de mañana y en el partido del martes en Alemania frente al Borussia. Es demasiado peligrosos sumar dos derrotas consecutivas en la competición europea.

Los líderes de la plantilla saben que todos se juegan mucho, entre otras cosas su futuro en el club, y no solo el entrenador. Hablaron en la cocina del vestuario en la noche del 2-3 y del diálogo surgió una motivación ante la visita al Camp Nou que se definió con esta frase surgida entre bastidores: «El clásico es una bala de oro para dar la vuelta a la situación». Un profesional de la casa que trabaja cada día al lado de ellos en Valdebebas lo explicó con otras palabras: «Hay preocupación, pero saben que el Camp Nou es el mejor hospital para obtener el alta médica».

La cocina blanca. Esta frase surgió en Valdebebas: «El clásico es una bala de oro para dar la vuelta a la situación». Un profesional de la casa que trabaja cada día al lado de ellos en Valdebebas lo explicó con otras palabras: «Hay preocupación, pero saben que el Camp Nou es el mejor hospital para obtener el alta médica»

Había disgusto tras la derrota, por supuesto, pero ningún atisbo de abatimiento. Al revés. Todos se dieron ánimos para generar un ambiente de confianza, esa que Zinedine dice que perdieron ante el rival ucraniano en la primera parte. «Hay que sacar esto adelante», remató un capitán.

La plantilla entonó el «mea culpa» y reflexionó que son ellos los que han dejado a Zidane al descubierto y señalado, porque al final el entrenador es el flanco débil. Hablaron entre ellos, sin que estuviera el marsellés.

Los veteranos del equipo expusieron ante el grupo que deben dar la cara frente al Barcelona y el Borussia porque su jefe ha confiado mucho en ellos cuando no están bien, les ha querido dar partidos para adquirir su puesta a punto cuando no hay tiempo cada tres fechas y son ellos los que ahora deben sacar al equipo, y a su inmediato superior, de la crisis.

En medio de esta zozobra la buena noticia es el alta de Ramos. Juega seguro en el Camp Nou. Se ha cuidado para ello. El club espera que Zidane ponga sencillamente en el once a los mejores, porque no hay margen competitivo para que otros futbolistas puedan evolucionar con partidos. No hay que reservar a nadie, porque todos son importantes, como demostró el Cádiz.

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