Real Madrid

El Real Madrid quiere recibir a 70.000 espectadores frente al Osasuna

El aplazamiento del encuentro ante el Athletic otorga al club un mes completo para acelerar las obras y dar accesibilidad en las gradas más bajas, hasta ahora cubiertas con lona. La entidad ha metido la sexta marcha en los trabajos

Así quedará el Bernabéu el 14 de diciembre de 2022 Realmadrid.com
Tomás González-Martín

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Volver a la normalidad. Acercarse a llenar el aforo completo, que es de 81.144 espectadores. La obra majestuosa del Bernabéu ha vuelto a meter la sexta marcha tras los partidos frente al Villarreal y el Sheriff , que detuvieron, como un «sheriff» del condado, el trabajo continuado en el coliseo de Chamartín. El reto del Real Madrid es preparar las gradas para recibir cerca de 70.000 personas en el encuentro ante el Osasuna, que se disputará probablemente la noche del 27 de octubre, miércoles, a falta de la confirmación oficial de la Liga y las televisiones, que son las que mandan.

El aplazamiento del partido ante el Athletic, inicialmente previsto para el día 17, supone que la entidad tenga un mes para acometer un importante avance en el acondicionamiento de las tribunas con el fin de llenarlas de aficionados. El evite de copa de Europa ante el Sheriff moldavo se disputó el 28 de septiembre y la jornada ante el conjunto navarro está planificado para el 27 de octubre, de manera que hay treinta fechas consecutivas para trabajar sin interrupciones.

El aforo del Bernabéu es de 81.144 espectadores y el objetivo es contar con el 85 por ciento del aforo accesible; la vuelta a la normalidad se acerca

Hay que saber que cada encuentro supone un parón de las obras dese tres días antes. Ahora hay un mes entero para avanzar y el club lo hace tanto en el exterior, con la colocación de las cerchas del estadio anexas al Paseo de la Castellana, como en el interior, con la adecuación de los asientos del primer anfiteatro, hasta ahora tapados en sus tres cuartas partes.

El reto del Real Madrid es habilitar todo el primer anfiteatro en los laterales del campo y en el fondo norte. El único sector inhábil será el fondo sur, de forma que calcula que podrá vender entre 67.000 y 70.000 localidades en la visita del cuadro osasunista.

La Comunidad de Madrid permite ya llenar el cien por cien del aforo y la empresa madridista piensa que solo perderá, por la ocupación terrenal de las obras, el quince por ciento de su graderío total.

Gran parte de la llamada popularmente grada baja, el primer anfiteatro, el que está más cerca del césped, está demolida y la meta es reconstruirla en sus tres cuartas partes para dar acceso al público.

Las restricciones sanitarias y los trabajos del estadio significaron que en los partidos ante el Celta, el Villarreal y el Sheriff solo se pusieran a la venta 25.000 entradas. Ahora, el fin es triplicar esa cifra.

Las lonas que cubrían las zonas de la grada baja se han quitado para atacar el proyecto. También se trabaja en el hueco planificado por los arquitectos para guardar en el futuro el césped plegable, distribuido en seis tiras para colocarlas individualmente en un refugio tecnológico donde serán regadas y mantenidas a la temperatura adecuada, para sacarlas de nuevo al campo cuando haya partido. Ese ejercicio tecnificado será construido a partir del próximo verano.

La normalidad, en efecto, se atisba en el horizonte, mientras el esqueleto mayestático que soportará el caparazón metalizado nos mira, descarado, desde el cielo.

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