Real Madrid

El misterio de las lesiones, ni plazos ni diagnósticos

El derecho de los futbolistas a no informar de sus dolencias es una tendencia en el fútbol que interesa también a los clubes

Tomás González-Martín

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No informar públicamente, para no dar a conocer nada, para no saber nada de nadie. Esconder los puntos débiles. Proteger la valía económica de la alta cualificación. Mantener la imagen. Poner en valor. Es una tendencia que se generaliza . El derecho a la intimidad personal, incluida la pública, gana la partida al derecho a la información. La protección de datos personales tiene prioridad sobre la necesidad de conocerlos en el ámbito mediático por ser personajes famosos y populares. La privacidad lo invade todo y se extiende en el mundo, especialmente en el universo profesional. El Real Madrid ya no aporta normalmente partes médicos porque son sus futbolistas los que exigen al club que no se informe de sus lesiones en detalle. Es una postura que muchos jugadores del Barcelona y del Atlético también ejecutan . Una posición que conviene a las entidades, porque dar información de las lesiones resta valor a un futbolista.

Concretar qué dolencias sufre un jugador o frece «demasiada» información que puede ser negativa ante cualquier operación de traspaso, por una lesión renuente en el mismo sitio. El orbe del fútbol cambia paulatinamente al secretismo en todos los vectores.

José Luis Moreno Cela, abogado de derecho laboral y mercantil de Best Empresarial, empresa especializada en asesoramiento: «Los jugadores tienen derecho a no informar de sus lesiones, porque dañan su imagen y un posible contrato de futuro; futbolistas y clubes van de la mano en este asunto, no les interesan las noticias perjudiciales y negativas»

Gareth Bale exigió el silencio de su situación médica hace dos años y hoy en día, baja de nuevo durante dos meses, ha mantenido su máxima. La casa blanca no informó de su dolencia. Por fin se supo que tenía una importante lesión en una rodilla, confirmada por Ancelotti . El cúmulo de percances soportados en el Real Madrid, veintisiete desde hace ocho años, hizo que el galés se negara a ofrecer datos de sus constantes lesiones porque perjudicaban su imagen, su carrera.

El Real Madrid, el Barcelona, el Atlético y otras entidades ya ofrecían datos someros de las dolencias de sus futbolistas: «Lesión muscular, pendiente de evolución», que era lo mismo que decir desayuno con chocolate y churros. Nada.

La petición de los futbolistas de ocultar sus problemas físicos ha acabado con la información. Ahora todo es una nebulosa, no se sabe a ciencia cierta que es lo que tiene cada jugador y, por lo tanto, no se puede calcular cuanto tiempo necesitará para reaparecer. Marcelo, que lleva un mes sin jugar por una «dolencia muscular», también prohibió que se concretara su lesión. Carvajal, que suma dos meses en el dique seco, ha optado también por este silencio oficial, pues el año pasado fue horrible para él y observa que su imagen se dinamita ante tanta explicación de sus recaídas. En septiembre se rompió un gemelo y se habló de unas molestas. En ningún momento se conoció el alcance, hasta que su extenso periodo de baja permitió hilar fino.

Tampoco hubo un parte médico de Hazard , que sufrió una sobrecarga en los isquiotibiales con Bélgica y es una incógnita para medirse el día 24 al Barcelona. Ni lo hubo de David Alaba , que preocupaba hace dos días por el golpe recibido con la selección austríaca y ayer se ejercitó con la plantilla madridista sin quejarse. El mutismo por el foro es un comportamiento que se ha convertido en tendencia en el fútbol. Araujo ha acusado un problema más relevante en sus «isquios» y será baja en el conjunto azulgrana.

El rojiblanco Giménez ha alimentado con su estado físico, volátil, voluble, esta visión de desconocimiento que surge del silencio administrativo. Lesionado en el aductor derecho con Uruguay, ayer se entrenó con normalidad en el Atlético, que no ha emitido parte médico. El objetivo, tras el susto inicial, es enfrentarse al Liverpool. Veremos si su técnico, Simeone, lo alinea ante el equipo de Klopp .

«El fútbol se ha transformado en un negocio de empresas y mantener la imagen de un futbolista es fundamental, por eso publicar datos concretos de sus lesiones, que son cosas negativas y perjudiciales, no interesa ni al jugador ni a su club, van de la mano en esta postura», señala José Luis Moreno Cela, abogado de Best Empresarial, especializada en asesoramiento fiscal. «El profesional del fútbol o de cualquier otro deporte tiene derecho a su protección de datos personales y a pedir a su club, que es la empresa que le paga, que no se publique nada de sus lesiones, una postura que los equipos acogen sin problema».

Especialista en derecho laboral y mercantil, José Luis Moreno responde a una pregunta clave: ¿Qué sucede si el club, la empresa, quisiera publicar y publica los pormenores de las lesiones, aunque el futbolista se niegue desde el primer momento? «En este caso prevalece el derecho del jugador, la protección de datos privados. Y si el club viola ese derecho, el futbolista podrá pedir la rescisión de su contrato por la violación de un derecho fundamental». Nunca ha ocurrido, porque a los equipos tampoco les gusta ver todos los días noticias sobre las lesiones de su plantilla.

El resultado de este oscurantismo es que nadie sabe oficialmente lo que le pasa a un jugador y los aficionados no se enteran. Esa es la meta.

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