Fútbol
Fútbol, un deporte al borde de la saturación
En las próximas ocho semanas hay partidos de todas las competiciones. El público se pierde, el jugador está agotado y el espectáculo se resiente
Terminada la primera fase de la Champions , y a la espera de su regreso a mediados de febrero, ya con las eliminatorias de octavos de final, comienza en España ese periodo en el que se entremezclan sin respiro partidos de Liga y Copa, coyuntura que provoca en muchas ocasiones que se pierda la noción del calendario. Un pandemónium que esta temporada será aún mayor. Durante el próximo mes y medio, habrá semanas en las que vaya a jugar una ronda de Copa a la vez que una jornada de Liga o algún partido aún pendiente de principios de temporada. También habrá campeonato nacional en la víspera de Navidad y el día de Nochevieja , pero no queda ahí el embrollo. La semana del 11 al 17 de enero se jugarán dos encuentros atrasados de Liga, los dieciseisavos de final de la Copa, y las semifinales y final de la Supercopa de España. En solo siete días, los aficionados al fútbol tendrán tres competiciones en su televisión.
Una locura que está pasando factura a sus protagonistas y que tiene al hincha en fuera de juego. Complicado ver espectáculo sobre el verde y, seguramente, imposible saber cuándo y qué torneo juega tu equipo: «Estamos en una época difícil donde hay muchos partidos y poco tiempo para entrenar. Eso significa que el jugador está saturado física y mentalmente, incidiendo en su rendimiento. Y eso, a su vez, significa también que la preparación física, técnico y táctica se ve mermada, ya que no se pueden potenciar estos aspectos sin una buena rutina de entrenamientos», explica Santi Cañizares .
Calendario loco
Un buen ejemplo es el Real Madrid . Esta noche juega contra el Athletic, partido de Liga que debería jugar el 20 de enero, fecha marcada en el calendario como jornada intersemanal, pero ese día estará estrenándose en Copa, jugando su eliminatoria de dieciseisavos, que en un principio está fijada para el fin de semana del 16 y 17 de enero, pero justo el domingo 17 se disputará la final de la Supercopa de España que aspira a jugar el equipo de Zidane, siempre y cuando logre antes superar el partido de semifinales, aún por definir rival entre Real Sociedad y Athletic: «Abusan de nosotros y llevan a los jugadores hasta limites absolutamente inaceptables. En lugar de pararse a pensar en la salud de los futbolistas y poner freno a todo este calendario, se busca cómo exprimirlo aún más. Es tremendo», reflexionan en el club blanco.
A las críticas de los clubes, hastiados de no ser escuchados, y de los jugadores, resignados ante la indefensión que sienten y temerosos de pasar más tiempo en la enfermería que sobre la hierba, se han sumado en las últimas semanas las quejas de los entrenadores. Entre ellos, Zidane, que expuso públicamente que en estos momentos era prácticamente imposible jugar bien al fútbol con la actual planificación del mismo. Un melón abierto que tiene horas, días y semanas de debate: «El que quiere jugar bien al fútbol se le ven rápidamente esas intenciones, pero es cierto que ahora estamos en una época en la que se estila más otro tipo de fútbol, menos arriesgado, y más de contemplar y aprovechar el error del contrario», analiza Paco Jémez . «Jugar bien al fútbol es muy subjetivo, y podríamos abrir un debate espeso. ¿Imposible jugar bien? Imposible en fútbol no hay nada. Seguro que los equipos a los que les está yendo bien no mencionan esa palabra. Al contrario. Estarán disfrutando del momento», reflexiona Cañizares.
«Hace cuatro o cinco años nadie jugaba un fútbol tan vertical como ahora sí se hace. Ya no se elabora tanto, se ha implementando la capacidad atlética de los jugadores, los equipos aprietan más arriba y se juega más sobre el robo y la presión en campo contrario. Es un juego distinto, no tiene que ser peor, sino que es otro estilo. No hay tanto toque, pero no es más feo ni menos bonito», explica Lucas Alcaraz .
El técnico granadino expone un argumento que hasta el mismo entrenador del Barça defendió el domingo tras la corta victoria ante el Valladolid (1-0): «Lo que me importa ahora es ganar, no el cómo». «Es que ha cambiado mucho la construcción de los equipos por no haber tenido una pretemporada normal y, además, aprietan la condensación de los partidos y las urgencias de propio día a día. Se busca más el resultado porque nadie compite con malos resultados mucho tiempo», justifica Alcaraz. «Todos están haciendo un esfuerzo, y todos tendrán recompensa en función de la magnitud del mismo. Por lo tanto, la huida es hacia delante y esperar tiempos de menos estrés», argumenta Cañizares.
Jémez desliza otro motivo al que nos hemos (mal)acostumbrado y que, quizás, también contribuye en la pérdida del espectáculo: «Influye también que no haya gente en los estadios. La gente achucha y exige, pero cuando no hay aficionados en los estadios te puedes permitir el lujo de hacer ciertas cosas que con ellos no harías. Si hay presión ambiental y pitidos exigiendo otro tipo de fútbol, obligas a tu equipo a jugar un poco mejor de lo que lo está haciendo». «Para los jugadores, el fútbol tiene una parte importante en lo emocional que es invisible con los estadios cerrado s . Ni siquiera el espectador se emociona porque el fútbol le puede seguir gustando, pero seguramente las retransmisiones televisivas ya no le transmiten nada», cuenta Lucas.
Factor afición
Alcaraz recuerda cómo hace dos semanas, ejerciendo de comentarista del Granada-PSV para Canal Sur radio, el equipo andaluz provocó tres saques de esquina en los primeros cinco minutos del partido. Dio absolutamente igual: «Fueron tres como si hubieran sido quince. Sin aficionados, nada es lo mismo. Por eso, no creo que se haya devaluado el espectáculo o que se haya afeado el juego. El problema es que el fútbol lo veíamos antes en los estadios, donde cualquier mínima acción te transmite y te conecta, y ahora lo ves en la televisión y así es difícil generar una conexión. Es muy difícil hacer un fútbol pasional y vistoso cuando juegas en un estadio vacío. Lo que hay es sobresaturación de partidos televisados , y jamás la televisión podrá sustituir la atmósfera de un estadio repleto de aficionados».