Barcelona-Real Madrid
Así fue el clásico que más indignó al Barcelona
El árbitro del partido, Guruceta Muro, dio por concluido el encuentro por una invasión cuando faltaban más de cinco minutos
Si el Real Madrid-Barcelona que se jugó en 1943 supuso la mayor goleada en un clásico y uno de los mayores bochornos en este tipo de duelos, lo ocurrido el 6 de junio de 1970 no se queda atrás. Como décadas antes, también se disputaba la Copa del Generalísimo , aunque en esta ocasión no se pudo ni siquiera terminar el partido, ya que el árbitro decidió darlo por concluido a falta de cinco minutos de que se cumpliera el tiempo reglamentario.
Los 100.000 espectadores que abarrotaron aquel día el Camp Nou disfrutaron de un partido emocionante hasta el minuto 14 del segundo tiempo, cuando el lío estalló. Guruceta Muro , encargado de pitar aquella tarde, señaló un penalti después de que el madridista Velázquez fuera derribado por el azulgrana Rifé . El enfado en la grada fue tal que se comenzaron a tirar objetos al campo. Las protestas de los jugadores del Barcelona llegaron hasta tal punto que amenazaron con abandonar el terreno de juego.
La crónica de ABC de aquel encuentro calificó el penalti señalado por el colegiado y detonante de toda la polémica como « incomprensible ». Antes de ello, el Barcelona se había adelantado gracias a un gol de Carles Rexach , acercando la remontada del 2-0 del partido de ida en el Santiago Bernabéu. Cuando los azulgranas soñaban con las semifinales de Copa, ocurrió lo siguiente:
« A un metro del áre a, Rifé zancadilleó claramente al interior madridista, que cayó fuera de aquella. Y allí fue Troya, porque el señor Guruceta, sin dudarlo un solo momento, señaló el punto fatídico del penalti . Ante tan flagrante equivocación , el público saltó en toda clase de muestras de protestas mientras los jugadores del Barcelona reclamaban inútilmente». Amacio marcó el empate y acto seguido el azulgrana Eladio fue expulsado por decirle al árbitro lo siguiente: «Eres un madridista, no tienes vergüenza».
Se inició entonces una lluvia de almohadillas que a punto estuvo de terminar con los jugadores del Barcelona abandonando el campo como muestra de protesta. Aun así, el partido se reanudó hasta el minuto cuarenta con « aparente normalidad », cuando Guruceta decidió que no se podía seguir jugando por estar el césped lleno de almohadillas. Ante el desconcierto , los jugadores no supieron si se trataba de una interrupción o de un pitido final.
«Quedaba entonces una duda: ¿Daba por finalizado el partido? ¿Se reanudaría si se calmaban los ánimos y despejaba el césped? Difícil fue llegar hasta los vestuarios e imposible hablar con el señor Guruceta. Al entreabrirse la puerta le vi duchándose, y cuando se personó el señor Calderón, delegado del Madrid, para preguntar si igual podían hacer sus jugadores, se le trasladó el mensaje del árbitro: “Sí, el partido ha finalizado” . Quise saber más. Quise saber qué causa aducía. E igualmente hubo que acudir a un mensajero para saberlo: el señor Guruceta -se me dijo- considerando imposible continuar el partido ante la invasión del público, lo ha dado por finalizado».
Polémica posterior
Con el 1-1 definitivo y el consecuente pase a la siguiente ronda del Real Madrid, el Barcelona reclamó la repetición del partido . Sin embargo, el Comité de Competición decidió poner una sanción económica al Barcelona -la máxima multa, de 90.000 pesetas- y dar el aviso de que si se repetía un incidente así se clausuraría el Camp Nou. Además, Guruceta , protagonista del encuentro en cuestión, fue suspendido durante seis meses . El expulsado Eladio fue sancionado con dos partidos por reincidente y por «provocar la animosidad del público».
Aquella edición de la Copa del Generalísimo se la acabó llevando el Real Madrid. En las semifinales ganó al Athletic de Bilbao y en la final se impuso al Valencia , curiosamente, en el Camp Nou.
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