Ferrari también sufre

Detrás de las tablas de tiempos, las pretemporadas de Fórmula 1 esconden miles de secretos. Eso se ha visto en el rendimiento del Ferrari, el martes en la primera posición de la tabla con Vettel y el miércoles aparcado en el garaje hasta arriba de problemas.

El martes la sesión terminó con Vettel parado en la pista y bandera roja a cinco minutos del final, las seis de la tarde. Se había parado el Ferrari, probablemente por exprimir el experimento de un coche sin gasolina y, por tanto, sin peso y, en consecuencia, más veloz.

Lo que pareció un incidente sin más, que pasó medio inadvertido, se convirtió en un gran problema para la escudería italiana. Mucho trabajo nocturno en el garaje, mucha tensión y más contratiempos para el día siguiente.

Según explican los que conocen el interior de un coche de F1, el sistema del combustible es como un guante que se adapta a la mano dentro de un monoplaza. Requiere destreza y mucho tiempo sacarlo y volverlo a colocar sin que afecte a otras áreas del bólido.

La consecuencia fue que Kimi Raikkonen saltó a la pista de Montmeló y tuvo que volver al garaje de inmediato, ya que el incidente no se había resuelto. Solo dio cuatro vueltas en la jornada matinal. En cambio, en la tarde, llevó a cabo 72 vueltas con bastante buen ritmo hasta lograr ser tercero en la jornada. Su compañero Sebastian Vettel había disfrutado los dos días anteriores de los mejores tiempos y vueltas para aburrirse.

El mundo, al revés. Allí donde antes todo eran fiascos para Honda y McLaren, ahora son problemas para Ferrari. Button completó 46 vueltas a media mañana. Al final de la jornada, solo 51 giros y el penúltimo mejor crono.