El Staatsballet de Berlín busca director

La coreógrafa, que sustituyó a Nacho Duato al frente de la compañía, renuncia a su puesto apenas unos meses después de asumir el cargo

Sasha Waltz ABC

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Hace solamente unos meses, ambicionaban convertir el Staatsballet de Berlín en «la primera referencia mundial de la danza». Hoy han anunciado por sorpresa que tiran la toalla. El exbailarín sueco Johannes Öhman y la coreógrafa alemana Sasha Waltz dejarán de dirigir el Staatballet de Berlín a final de 2020 y por decisión propia. Öhman ha cerrado ya un contrato para dedicarse a la gerencia y dirección artística del Danses Hus de Estocolmo , el mayor escenario de danza contemporánea de Suecia y que ya fue anteriormente su casa; Waltz ha preferido no continuar en solitario con la dirección del Staatsballet, por lo que regresará a su carrera de coreógrafa. Ni el teatro ni los desertores han dado detalles sobre los motivos de la ruptura, pero es de dominio público que los bailarines pusieron pegas desde el principio a esta dirección y que las críticas no han sido tan buenas como cabría esperar. Öhmann, además, desea trabajar en solitario y obtener sus propios réditos artísticos, tras meses de apoyo a Waltz, a la que Berlín ha estado presentado como estrella.

El Staatsballet de Berlín entró en una espiral descendente desde que el Senado de Berlín decidió prescindir del español Nacho Duato para ligar la compañía a una figura alemana y además icónica para Berlín como Sasha Waltz. Öhmann asumió la dirección en agosto de 2018 de manera interina y cuando Waltz se sumó en agosto de 2019 se le pidió que continuase en el papel de codirector para suplir las carencias de una artista con larga trayectoria como coreógrafa pero que no podía asumir de un día para otro las responsabilidades de la dirección.

El entendimiento entre ellos ha sido bueno durante los meses en que han trabajado juntos, pero una vez que Öhmann ha dado por finalizada esa etapa Waltz ha decidido también abandonar. El responsable de Cultura de Berlín, Klaus Lederer , y el consejo de la fundación Óperas Estatales de Berlín han aceptado la petición de Öhman de rescindir antes de lo previsto su contrato, el 31 de diciembre de este año.

Lederer, quien informó asimismo al consejo de la voluntad de Waltz, expresó su respeto por la «decisión personal» de ambos. «Pero naturalmente me siento muy triste por ello, porque ambos han hecho despertar la danza en Berlín , han alcanzado un amplio público y nos han demostrado que no es desproporcionado fijarnos como objetivo que el Staatsballet, con sus grandes bailarinas y bailarines, siente precedentes a nivel europeo», ha declarado el senador de Cultura, convencido de que en poco tiempo este objetivo ha quedado más cerca y «todos lo han notado».

«Este tiempo compartido me ha demostrado que vamos por buen camino. Y este rumbo es el que seguiremos persiguiendo a partir de la temporada 21/22 con una nueva dirección que entusiasmará al colectivo tanto como el actual», ha asegurado Lederer, sumido repentinamente en una carrera contrarreloj a la búsqueda de director.

El cuerpo de baile, sin embargo, celebra el desarrollo de la situación. Los bailarines contestaron desde el primer momento el nombramiento a dedo de Sasha Waltz, a la que respetan como representante de la danza contemporánea, pero a la que no consideraban la figura adecuada para hacerse cargo del ballet clásico. En una carta bajo el lema «Salvad el Staatsballet», el colectivo expresó su descontento y comparó el nombramiento de Waltz «con el de un entrenador de tenis como técnico de fútbol o el de un director de museo al frente de un directo de orquesta».

El fichaje de Öhman y Waltz fue decidido en 2016, no como fruto de una deliberación artística, sino más bien como resultado de una posición política . A propuesta del entonces Secretario de Estado de Cultura, el socialdemócrata Tim Renner , se optó por Sasha Waltz, un talento local con contactos de primera fila en el Ayuntamiento de Berlín, en el que gobierna una coalición entre socialdemócratas, Verdes y Die Linke (La Izquierda).

Waltz ha mantenido en paralelo, durante los 17 meses que ha durado la aventura con el Staatsballet, su compañía de danza, , que el año pasado cumplió 25 años de vida y que ha cosechado importantes éxitos con piezas como «Allee der Cosmonauts» (Todos los cosmonautas) y «Körper» (Cuerpo), además de su último trabajo en el Berlín Volksbühne, titulado «Susurro».

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