DARÁN QUE HABLAR

Jan Monclús: «Tengo una obsesión constante por aprovechar la potencialidad de los errores»

La pintura y sus errores, o los errores a los que puede derivar la pintura, son la base del trabajo de este joven leridano, a la espera de su primera individual. Aún así, su potencial demuestra que él ya es de los artistas que «Darán que hablar»

«This Place of Ours». Fragmento J. M.

JAVIER DÍAZ-GUARDIOLA

Nombre completo: Jan Monclús. Lugar y fecha de nacimiento: Lleida, 1987. Residencia actual: Barcelona. Estudios: Licenciado en Bellas Artes (2012) por la Universidad de Barcelona, máster en investigación y producción artística (2014) por la Universidad de Barcelona. Ocupación actual: Artista visual y pluriempleado en paro.

Qué le interesa. En mi trabajo confluyen, por un lado, el interés por buscar nuevas formas de abordar la pintura figurativa y, por el otro, cierta fascinación entorno a conceptos como los de «error», «azar» o «fracaso» en relación al propio proceso creativo. Siempre me ha interesado la pintura como medio, pero desde que empecé a pintar tuve una especie de conflicto en cuanto a los procesos que esta conlleva. Nunca me he identificado con la idea del pintor que se encierra en su estudio a trabajar en un mismo cuadro durante semanas o meses. No tengo nada en contra de ello, pero, simplemente, a mí esta fórmula no me funciona, lo cual me ha obligado a buscar otras vías de acción en las cuales el proceso se ha ido convirtiendo en el tema de trabajo. Desde esta suerte de contradicción, tengo una obsesión constante en aprovechar la potencialidad de los errores o de todo aquello que no sale según lo planeado.

De dónde viene. Empecé a mostrar mi trabajo en 2014 y he estado presente en convocatorias como «ART<30», en la galería Trama , o la Bienal de Valls. He participado en la residencia de pintores del Palacio de Quintanar en Segovia; estuve en la quinta edición de Encontro de Artistas Novos en Santiago de Compostela y justo he acabado una residencia de seis meses en L'Estruch de Sabadell. Estoy muy contento con la exposición final que hice junto a los otros artistas residentes de L'Estruch. Fue en un campanario y yo ejecuté una pequeña instalación entorno a la idea de error y accidente en una parte del mismo donde años atrás cayó uno de los contrapesos de las campanas, generando un agujero en el suelo.

Supo que se dedicaría al arte desde el mismo momento en que… Pues, a pesar de haberme pasado la infancia dibujando en clase, de pequeño siempre quise ser veterinario. Fue a los 14 o 15 años que vi que me gustaba mucho más lo de dibujar que lo de las ciencias. En esa época hacía graffiti, y tanto en bachillerato como en los primeros años de carrera estuve más cercano a la ilustración que a la pintura u otras disciplinas.

No es un palo de «selfie». Es la obra «Homenaje al error sostenida por su autor, Jan Monclús- J. M.

Dónde está cuando no hace arte. No formo parte de ningún colectivo. Sí que concibo a mi grupo de amigos y amigas como si fuéramos algo así, pero nos falta ponernos un poco las pilas de cara a organizar cosas. También estoy en un archivo web de pintores de Barcelona, PictoBcn. Nació con la intención de recoger el contexto pictórico de la ciudad y actualmente lo gestiona la artista Mercedes Mangrané. Sacaron una publicación vía «crowdfounding» y hemos hecho alguna exposición, pero funciona como archivo más que como colectivo. El pintor Marc Badía y yo nos influimos mutuamente. Durante un tiempo le mandaba por Whatsapp todo lo que pintaba y él mandaba réplica, como una especie de batalla de gallos «online». Una vez llegamos a pintar incluso por Skype. Me gusta mucho cuando se producen este tipo de confluencias, aunque luego cuesta encontrar el tiempo para darle más entidad o plantear posibles proyectos colaborativos.

Le gustará si conoce a... Aunque ahora no se vea mucho esta influencia, los dos artistas que más me marcaron al principio fueron Gerhard Richter y Luc Tuymans. Mis primeras pinturas iban bastante en esa línea, hasta que tuve la necesidad de dar un giro y empezar a producir de manera más acorde con mi forma de ver y entender las cosas. En el ámbito de la pintura, me interesa mucho el trabajo de Wilhelm Sasnal y de Rafal Bujnowski. Por lo demás, me interesa gente muy variada, desde Baldessari, Erwin Wurm, Ángela de la Cruz, o escritores como Vila-Matas y su relectura del Bartleby.

Aunque no son exactamente de mi generación, me interesa mucho el trabajo de Miki Leal y Pere Llobera, como también el de Rasmus Nilausen. Luego hay cantidad de artistas que me interesan por un motivo u otro, pero no acabaría nunca, como Hadaly Villasclaras, Ciprián Burete, Marc Badía, Ariadna Guiteras, Federico García Trujillo, Ian Waelder, Clara Sánchez, Julia Llerena, Dalila Virgolini... Y un sinfín más.

¿Qué se trae ahora mismo entre manos? Ahora mismo recién aterrizo –de nuevo– en la ciudad después de estar seis meses en l'Estruch. Vuelvo con la idea de hacer una exposición individual – hasta ahora solo he estado en colectivas– y poder llevar a cabo algunas instalaciones en las que he venido trabajando estos últimos meses, siempre en relación con la pintura. No puedo contar mucho más, puesto que estoy con varias cosas a la vez, más algunas convocatorias que estoy preparando para dentro de poco, pero antes debo encontrar un trabajo para poder seguir pagando piso y taller.

¿Cuál es su obra favorita hasta el momento? Normalmente es lo último que hago con lo que me siento sentir más satisfecho, pero al trabajar haciendo hincapié en el propio proceso, todas las obras llevan consigo una historia o anécdota que las hace distintivas en uno u otro sentido. Tengo una pintura que se titula «The Resistance on Luc Tuymans Face» que surgió de la necesidad de hacer un retrato de este pintor a modo de ritual, para desprenderme de una vez por todas de un tipo de pintura con la que no me sentía a gusto. No me salió bien y acabé borrándole la cara y sustituyendo ojos, boca y nariz por una representación muy simple del cuadro que había pintado con anterioridad. El resultado es una silueta, la de su cara, con una casa dibujada dentro. Cuando lo acabé no estaba nada contento, porque no era lo que había planeado, pero con el tiempo creo que es la pintura de la que más satisfecho estoy, y que el verdadero error habría sido hacerla tal y como había pensado. Por otro lado, nunca podré saber cómo sería ver esta pintura sin conocer esta historia, que es como la ve el resto de la gente.

Pese a habeme pasado la infancia dibujando, yo de adolescente quería ser veterinario

La última pieza que hice, «Homenaje al error o Palo con pinturas», que me han salido mal, surgió de la idea de aprovechar pinturas que habían quedado descartadas y poder usarlas de algún otro modo.

¿Por qué tenemos que confiar en él? Bueno, si todo el mundo tuviera que confiar en mí me entraría un ataque de ansiedad, y ahí sí que dejaría de hacer cualquier cosa. Fuera bromas, creo que no se trata tanto de aportar algo nuevo, sino de ser honesto con lo que uno hace y trabajar en base a cosas que seguramente otros ya habrán realizado, aportando otras lecturas. Lo que sí considero necesario es que las galerías confíen más en la escena emergente para poder cambiar en la medida de lo posible el modelo actual, en el que hay una dependencia desmesurada en cuanto a becas y convocatorias. Es fantástico que estas existan, pero a veces es necesario salir de la presión de las «date lines» y poder disfrutar con más calma del proceso creativo.

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