DARÁN QUE HABLAR
Iker Serrano: «Pinto por una necesidad palpitante y no por una demanda estética»
No todos los artistas pueden decir que trabajan desde el corazón. Iker Serrano lo ha conseguido, en un proceso pictórico que le convierte en viajero y visionario a partes iguales. Él ya es de los autores que «Darán que hablar»

Nombre completo: Iker Serrano Robles. Lugar y fecha de nacimiento: Pamplona, 1982. Residencia actual: Bilbao. Estudios: Licenciado en Bellas Artes y doctorando en la Universidad del País Vasco. Ocupación actual: Actualmente soy artista, investigador, profesor de dibujo y pintura y coordinador de la sala de exposiciones de la Torre de Ariz Dorretxea en Basauri.
Qué le interesa. Viajo a través de mis cuadros. Estoy en continua búsqueda del objeto sensible, de la pieza, de entender que es lo que sucede entre ambos y como se relacionan. el metalenguaje. En el imaginario de mi obra siempre está presente esa mirada inquieta que quiere ver más allá de lo aparente. Lo que queda fuera del marco cuadro. Por tanto hablo del artista y su obra y para ello he creado una narración hacia un lugar llamado isla, donde el viaje es un continuo espacio de crecimiento personal, donde la experiencia vivida es la que permite ampliar la topografía del lugar. Es un melodrama de la vida.
De dónde viene. Entre Bilbao y Madrid principalmente. Destacaría por una parte el proyecto El Guardián del Bosque que se expuso en la galería Utopia Parkway de Madrid y que después la llevé a la sala Rekalde de Bilbao. Recientemente he presentado mi proyecto Un Trozo de Tierra / Lur Zati Bat en la galería La Taller de Bilbao. Un proyecto de grabados a partir de dibujos con el que he disfrutado muchísimo y en un espacio realmente vivo y dinámico.
El «selfie» de Iker Serrano muestra las bambalinas de su trabajo- I. S. Dónde está cuando no hace arte. Soy profesor de pintura y dibujo en Kultur Basauri y coordino una sala de exposiciones en la Torre de Ariz Dorretxea de Basauri. Hacemos exposiciones mensuales con artistas afincados en Euskadi generalmente. Son artistas emergentes que ya tienen cierto recorrido, algunos más que otros. Sacamos una pequeña publicación de cada exposición. Llevo poco más de un año y estamos trabajando duro para incorporar nuevas estrategias y llegar a más público con una sala que lleva más de 30 años funcionando.
Qué se trae ahora mismo entre manos. Tengo muchos frentes abiertos. En noviembre participo en una colectiva en Espacio Vuela Pluma de Madrid alrededor de la obra de Tolstoi. Estoy mezclando el discurso de éste con Stalker de Tarkovsky y mis propias ideas. Por otra parte estoy ilustrando un relato corto de Jules Verne para una publicación con la Editorial DenonArtean. Es una novela de ciencia ficción y estoy haciendo ilustraciones muy detalladas de ese universo futurista. La exposición que hice en junio en La Taller me descubrió un nuevo mundo, el del grabado que es también una vuelta al dibujo.
Ser artista es una forma de vida y, por tanto, nunca voy a dejar de pintar, de crearLe gustará si conoce a... Me interesa la figura de Henri Rousseau (el pintor aduanero), la de Friedrich y la de Patinir. Más de nuestra época, me vienen a la calbeza Wilhelm Sasnal o Peter Doig. Pero mis referentes principales no son sólo de la pintura, también son importantes Francis Alys, Ibon Aranberri, Pierrick Sorin, Gabriel Orozco y Jon Mikel Euba. Otros pintores serían Carlos García-Alix y Mateo Charris. Artistas de mi generación destacaría sobre todo a Amaia Gracia, Santiago Talavera, Simon Arrebola, Ruth Gómez, Juan Fernandez Álava y a Juana García Pozuelo. Tuve la suerte de ser alumno de Angel Bados e Ibon Aranberri y esto marcó mucho mi trayectoria. Siguen siendo muchos para poder nombrarlos a todos.
¿Cuál es su obra favorita hasta el momento? De casi todas y de ninguna. Entiendo que la obra es el reflejo de todo lo que podría ser. Cuando miro mis cuadros recuerdo las sensaciones que me llevaron a hacerlos y de todo lo que puedo seguir pintando. Pero destacaré dos obras. Una es Leona entre helechos un cuadro del que estoy tremendamente enamorado. La otra es Isla. Es un cuadro de 2 x 3 metros. Tuve el lienzo en blanco apoyado en una de las paredes de mi estudio durante cuatro meses antes de empezar a pintar. Cada vez que miraba esa gran pantalla podía imaginar como sería cada parte de la topografía de la isla. Hacía zoom y miraba cada pequeño detalle de un color o de otro. De día y de noche, en movimiento, desde arriba y desde la parte oculta de la isla. Me sentía verdaderamente un Robinson.
¿Por qué tenemos que confiar en él? Ser artista es una forma de vida y por tanto nunca voy a dejar de pintar, de crear. Cuando estoy trabajando, tanto dentro como fuera del estudio no busco con la mirada, estéticas y recursos plásticos que he visto en otras obras. No me interesa seguir ninguna línea de trabajo, sino ser yo mismo. Lo más sincero y humilde posible frente al objeto - cuadro. La imagen que proyecto en mi mente no está condicionada plásticamente por la obra anterior, pero si experiencialmente. El cuadro es una imagen rara y velada para mi mirada, no puedo alejarme y verlo como espectador.