DARÁN QUE HABLAR
María Platero: «Me interesa desvirtuar las lógicas del sentido. Introducir la duda y el escepticismo»
Obsesión, divino tesoro. Al menos para María Platero: ¿Por qué sistematizamos como lo hacemos? ¿Por qué lo reglamos todo? Para saberlo, habrá que echar un ojo a su trabajo, que es de los que «Darán que hablar»
Nombre completo: María Platero Escribano. Lugar y fecha de nacimiento: Madrid, 20 de junio de 1976. Residencia actual: Madrid. Estudios: Máster EFTI de Fotografía (Concepto y Creación). Ocupación actual: Fotógrafa y docente.
Qué le interesa. Me llaman mucho la atención los protocolos que establecemos para movernos en nuestro día a día y en nuestras relaciones con los demás y con el mundo que nos rodea. El cómo se llega a establecer qué cosas tienen sentido y cuáles no.
Sobre todo me seduce la necesidad humana de ordenar lo que es posible. Y la forma en que esas ordenaciones jerarquizadas y sistemáticas de cómo son o han de ser las cosas afectan a nuestra comprensión de la realidad, subrayando lo absurdo de las convenciones establecidas que regulan nuestra vida.
De dónde viene. Pues desde sitios más clásicos a otros más bizarros. Hace poco me ha divertido participar en « O*F+» , una feria alternativa organizada por Julio Falagán . Antes he expuesto en otras ferias, como PHOTO OFF, FOTOFEVER o MadridFoto, de la mano de galerías como VOZ'Galerie de París , Inés Barrenechea o Astarté.
Retrato de un retrato de María Platero- M. P. Dónde está cuando no hace arte. Actualmente, junto con Cristina Mora, formamos el colectivo BIKINI, que nace de un proyecto de fotografía colaborativa. Años atrás. junto con tres amigos fotógrafos. creamos «Fanzine 10x15», una revista digital dedicada a la fotografía contemporánea, que participó en muchas exposiciones, festivales, y con la que llevamos a cabo talleres, convocatorias, visionado de portfolios... También formé parte de la mesa editorial de la revista «Input». Se puede decir que oscilo entre varios polos que orbitan en torno a lo mismo. Hacer sólo una cosa me aburre.
Le gustará si conoce a...Erwin Wurm, Lars Tunbjörk, Duane Michals, Shoji Ueda... También me gusta lo que hacen Gonzalo Puch o Noé Sendas. Soy una mezcla de influencias también de lo que he leído, las pelis que he visto, los cómics que he leído, lo que me rodea en general.
De mi generación, tengo que mencionar a María Sánchez, Miguel Ángel Tornero, Aleix Plademunt, Fermín Jiménez Landa, Alejandra Franch, Ryan Ribadeneyra… ¡Pfff! No sé... Hay mil. Y más jóvenes. Pero me interesa mucho lo que hacen Ian Waelder y Jorge Isla.
¿Qué se trae ahora mismo entre manos? En mi última serie, «Things That Fall», que habla de esas cosas que no salen como uno esperaba, como habíamos planeado.
Con BIKINI, estoy enrolada en un proyecto de fotografía colaborativa sobre palabras en desuso. También estamos preparando una acción pública de intercambio de fotos en papel, «silenole» (el próximo 10 de abril). Y un libro con fotografías, pero eso está más verde de momento.
Actualmente, junto con Cristina Mora, formamos el colectivo BIKINI, que nace de un proyecto de fotografía colaborativaAsimismo, Carmen Sánchez-Blanco me ha invitado a participar en una actividad muy chula en Espacio Oculto: «Alrededor de una mesa». Se trata de una serie de meriendas abiertas al público organizadas por varias artistas, un marco de acción que dará pie a un tema de conversación concreto en torno a la práctica artística.
¿Cuál es su obra favorita hasta el momento? Siempre es lo último en lo que estás trabajando, ¿no? Pero si tuviera que destacar alguno, creo que me quedo con «La búsqueda de Mary Decker», porque fue el primer trabajo en el que realmente empecé a contar las cosas que me obsesionaban.
¿Por qué tenemos que confiar en ella? Me interesa desvirtuar las lógicas del sentido, introducir la duda y el escepticismo, incluso cuando esto implica pasar por propuestas estúpidas, alejadas de la grandilocuencia que habitualmente rodea a lo artístico; quebrar su severidad, su seriedad, dejando el espacio justo para que la intervención del humor asiente una pequeña carga subversiva, sin que por ello sean menos rigurosas.
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