Del Gazpacho de Morón al Festival de Londres, dónde descubrir el flamenco este verano
Arrancan los certámenes más importantes: música al aire libre con las primeras figuras del cante, el baile y la guitarra
El cante no está dentro de los discos . Disculpe esta aseveración. La voz, como el baile, la guitarra y el resto de instrumentos que se han incorporado al flamenco, no se consume, sino que se experimenta , como en toda cultura que ha entenderse dentro de un contexto. La forma en la que el espectador se relaciona con la música en un concierto difiere en gran medida a cómo lo hace desde casa, con mil moscas que mirar, desde el Whatsapp hasta la lavadora.
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Esto, en el género jondo, llega a límites insospechados. Las espadas atraviesan solo en directo, no en diferido. La gente descubre por los álbumes, pero se enamora en vivo . No hay latigazo mayor que el que se percibe desde la silla, con el artista creando sobre un escenario algo efímero que va, sin distorsión ni arreglo, para ti . De boca a oído. Entre gente entendida, además, o con una curiosidad grande hacia ese acto. Los duendes no están en los estudios, donde más se les llama y se les trata de capturar, sino campando a sus anchas por toda la geografía. Hay, por tanto, que estar al acecho.
El verano, en este sentido, parece una oportunidad idónea para el hallazgo, dada la gran oferta de la que disponemos. Si le gustó lo que hizo Israel Fernández en La Resistencia, tiene interés por esa mujer que salió descalza en Eurovisión hace años o no entiende por qué algunos intelectuales románticos quedaron prendidos por estos ritmos hace más de un siglo, levántese de la silla y vaya a los festivales. Lo mejor, eso seguro, aún no lo ha visto. Y, ya le digo, en los discos no está el cante. Esto no es pop, ni siquiera canción, sino una manifestación visceral a punto de suceder. El arte por el que nos conocen en el mundo , pero en su estado natural.
Por pueblos y ciudades
Algo andan preparando Rafael de Utrera, Remedios Amaya y El Farru para abrir Al Gurugú (Arahal, Sevilla, 9-18 de junio). Israel Fernández , antes mencionado, cerrará al toque de Diego del Morao la cita en la que recibe el premio de honor: 'Verde que te quiero verde', que así se llama. ¿Le gustan los ecos laínos y ágiles, que a su paso lo manchan todo de delicadeza? Sugiero, en ese mismo marco, al Turry , con varios discos en el mercado, pero aún por romper. Es lo que tratará de hacer estos meses: posicionarse.
En el Festival de Música y Danza de Granad a (13 de junio-10 de julio) los ecos de ayer y de hoy se han juntado al calor de un montón de recuerdos. La gala que inaugura el ciclo desde el Patio de los Aljibes, donde se celebró el Concurso de Cante Jondo de manos de Lorca y Falla en 1922 con Manolo Caracol y El Tenazas como ganadores, será histórica. Los veteranos José de la Tomasa , Vicente Soto Sordera , Juanito Villar , Rancapino , Juan Habichuela y Miguel Ángel Cortés van a encontrarse con los más jóvenes: Antonio Reyes , Jesús Méndez , Kiki Morente y Antonio Campos. Todo en busca de viejas esencias. Duquende , Marina Heredia , Mayte Martín y Pedro El Granaíno son otros de los que están programados.
Al Gazpacho de Morón (17 de junio) llega el elevado clasicismo de La Macanita con el 'jondopunk' electrónico y rasurado que ha originado La Tremendita. La Caracolá de Lebrija (14 al 23 de julio), rememora 50 años de un trabajo emblemático: 'La palabra de Dios a un gitano', del Lebrijano. Y la Reunión de Cante Jondo de la Puebla de Cazalla (1-9 de julio), con los espíritus de Menese y Moreno Galvan vagando de puntillas por allá, tiene a La Yiya para invocarlos. También a David Palomar y Rafael Riqueni, entre otros.
Por su parte, el Potaje Gitano de Utrera (24 de junio), el más longevo de todos, es una rareza para quienes lo desconocen. Un aforo descomunal, una figura a la que homenajear, este año, María Jiménez , y un guiso nocturno para que el cuerpo aguante hasta bien entrada la madrugada. Al aire libre, claro, escuchando a Cancanilla de Málaga, Argentina, María Terremoto y muchos otros desde las mesas.
En la provincia de Cádiz, el Encuentro Internacional de Guitarra Paco de Lucía , en Algeciras (desde el 28 de junio) y el ciclo Solera y Compás (desde el 23 de julio), ya en Jerez, ponen el acento. Por Barcelona, Desvaría Nou Barris (22-24 de julio), con Arcángel , Josemi Carmona en el nuevo proyecto jazzista de 'Vida' y Rycardo Moreno haciendo las suyas, tardará en ponerse el sol.
Flamencos por el mundo
Hay flamenco dentro y fuera de nuestras fronteras. En el Festival de Londres (20 de junio-2 de julio), por ejemplo, espacios como el Sadler Wells se antojan como un escaparate perfecto de lo que se ofrece: lo nuevo de Rocío Márquez y Bronquio ; 'El salto', de Jesús Carmona; la fiesta de Manuel Liñán en '¡Viva!'; María Pagés , flamante premio Princesa de Asturias; Estrella Morente en su firmamento; Tomatito , la bailaora Ana Morales… También en Mont de Marsan (27 de junio-3 de julio), alrededor de Patricia Guerrero , último Premio Nacional de Danza, Eva Yerbabuena , La Piñona y Eduardo Guerrero, además del cierre de Riqueni, se han cerrado elencos de primer nivel, como en cada edición.
En cada pueblo, o ciudad, dicen por el Sur, hay un festival. El de Flamenco y Fado de Badajoz (1-9 de julio), que no se quede en el tintero, es otro de ellos, como el de Lo Ferro (14-24 de julio), donde el jerezano Ezequiel Benítez ha prometido miel, el Cante de las Minas (La Unión, 29 de julio-3 agosto) y Flamenco On Fire (Pamplona, a finales de agosto).
Cada uno de ellos, en este sentido, conforman una puerta de entrada hacia lo desconocido. Cantaores que apenas se programan, como Marcelo Sousa , de eco orondo, están ahí: en las citas más humildes. El Melocotón de Villaverde del Río, por ejemplo. Lo místico de la noche al fresco entre amigos. El cante en nocturnidad. Duendes, pasillos, voces, estrellas… El lado romántico que acompaña lo cabal es el que en distintas etapas lo ha mantenido vivo. Su contemporaneidad está por encima de la técnica, que va cambiando solo la forma, pero nunca el fondo. Y el flamenco, a pesar de todo, sigue evolucionando con la boca llena de raíces y los vecinos pendientes de los carteles próximos a sus puertas. Viajar para escuchar es el culmen del aficionado . Etiqueta negra. Y el verano se acerca con entradas para todos. Estudiosos y gente que sin tener ni idea disfrutarán por partida doble.