Tras conquistar la novena edición de la Copa Confederaciones, Brasil puede pensar más tranquila en lo que necesita para ganar el Mundial de 2014 en su país. A poco menos de un año para el inicio de la Copa del Mundo, la conquista de las Confederaciones por cuarta vez, tercera consecutiva, es una enorme bocanada de aire fresco para el equipo conducido por Luiz Felipe Scolari. El técnico ha reiterado que su ‘seleçao’ es «un equipo en formación», y nada mal le viene la Confederaciones lograda en casa. Tras avasallar a España en la final, Scolari ya pensaba en el futuro. «Tenía que montar el equipo, montar el grupo, darle confianza. Teníamos que ganar una competición para sentirnos grandes. Tenemos que jugar como un equipo grande sabiendo que tenemos que caminar mucho para llegar adonde están otras selecciones como España, Alemania o Argentina», declaró ‘Felipao’ en Maracaná.
El torneo fue además la confirmación del ‘10’ Neymar, considerado por la prensa como el mejor jugador del campeonato. Había llegado a la Confederaciones en medio de críticas por su discreto rendimiento en la selección, distante de aquél que le hizo brillar en el Santos y después le catapultó al Barcelona. Con tres golazos de la ‘joya’ brasileña en la primera fase y otro en la final ante España, Brasil conquistó el título con autoridad, nada menos que goleando al campeón mundial y bicampeón de Europa, en el mejor escenario donde lo podía hacer: el mítico Maracaná de Río de Janeiro.
La nueva ‘seleçao’ de Scolari, artífice del quinto título mundial de Brasil, se convirtió en una máquina de ganar. Acabó líder de su grupo con victorias frente a Japón (3-0), México (2-1) e Italia (4-2). Uruguay, su ‘fastidioso’ vecino, apareció en su camino en las semifinales, y estuvo a punto de aguarle la fiesta de no ser por el polifuncional Paulinho, que a falta de cuatro minutos para el final del partido puso el 2-1 en un duelo tenso, bien planeado por la ‘Celeste’, que logró frenar el ímpetu del anfitrión.
En la final frente a España todo le salió perfecto al equipo de ‘Felipao’. Apabulló a ‘La Roja’ sin contemplaciones, desnudó sus defectos -lo había anticipado el ‘zorro’ Scolari un día antes del partido- y, de paso, terminó sellando un romance con la exigente ‘torcida’. Como lo advirtió el ‘Rey’ Pelé antes del torneo, Scolari logró formar una línea defensiva de primer nivel, considerada como una de las mejores del mundo a nivel de selecciones. Thiago Silva (PSG), David Luiz (Chelsea), Marcelo (Real Madrid) y Dani Alves (Barça) formaron una defensa segura y equilibrada, y que contó con el cerrojo del veterano guardameta Julio César, vital en el andamiaje de la ‘nueva seleçao’ y que había sido desterrado por el anterior seleccionador, Mano Menezes.
En el centro del campo puso a funcionar a Luiz Gustavo (Bayern de Múnich) al lado de Paulinho -con los días contados en el Corinthians-, y como eje creativo, entregó el timón a Oscar (Chelsea), que tuvo altibajos y no termina de convencer del todo a la afición. Y en ataque, sobran las palabras para hablar de Neymar. Para acompañar al ‘menino’ echó mano de la potencia de Hulk (Zenit) y reclutó como delantero centro a Fred, el exartillero del Lyon ahora en el Fluminense que se ganó el puesto a base de goles: sumó cinco en el torneo, los mismos que Fernando Torres, aunque la Bota de Oro fue para el español.
Brasil, cinco veces campeona del mundo, comenzó a tener cara de equipo en la Confederaciones, pero Scolari no se cansa de advertir que aún tiene trabajo con vistas al Mundial, por lo que podrían aparecer nuevos nombres para complementar la ahora exitosa base que ha formado.