Los peligros del delta de lava en La Palma: colapso, explosiones y olas hirvientes

Acercarse a la 'isla baja' formada por la lava supone en estos momentos un grave riesgo

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Dos personas observan la columna de humo y la lava del volcán de Cumbre Vieja a su llegada al Océano Atlántico EP

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El pasado domingo, la lava expulsada por el Cumbre Vieja llegó por fin al mar, creando un delta de 50 metros de altura y unos 500 de ancho que ha cambiado definitivamente el perfil de La Palma. Pero esa 'isla baja', como la denominan los científicos, es inestable y podría sufrir un colapso acompañado de explosiones , emisiones de gases u olas hirvientes . Por este motivo, hay un área de 2 km de exclusión por tierra y por mar que nadie puede sobrepasar. Incluso el buque oceanográfico Ramón Margalef del Instituto Español de Oceanografía (IEO) se mantiene a una distancia prudente.

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), los peligros son múltiples. Cuando se está formando, el delta, o una parte del mismo, puede colapsar en el océano porque los escombros ya no soportan la masa creciente de material. El fenómeno puede ir acompañado de explosiones por la mezcla repentina del agua de mar con la lava a una temperatura de alrededor de 1.150ºC. En deltas de volcanes de Hawái, estas explosiones han arrojado fragmentos de lava y rocas calientes de hasta casi un metro de tamaño varios cientos de metros tierra adentro o hacia al mar.

«No hay tsunami»

«Los colapsos se producen en el momento en el que el delta se está formando, cuando el material está ganando peso, pero aquí la plataforma es suave», dice Vicente Soler, vulcanólogo del CSIC, sobre el delta de La Palma. «Ha ganado una profundidad de unos veintitantos metros y hasta que avance más no se llegará a un talud más pronunciado donde sí se podrían producir este tipo de colapsos. El sistema avanza rellenando, enfriando y cayendo, va generando su propia estabilidad y se va asentando». En el que caso de que se produzca un colapso, «será pequeño, nada que pueda producir un tsunami ni nada parecido», subraya.

Aunque en La Palma hay un área de exclusión, un selfie original puede costar la vida. En 1993, un gran colapso de un delta en el Parque Nacional de los Volcanes de Hawái sorprendió a los curiosos, que habían ignorado los carteles de advertencia en la zona. Alguien que hacía fotos desde el delta fue arrastrado y se perdió en el mar. Más de una docena de personas resultaron heridas cuando corrían hacia un terreno estable en medio de una lluvia de rocas calientes.

Rocas a 300 metros

Los científicos no pueden predecir el momento o el tamaño del colapso de un delta de lava. Ni la dirección o el alcance en la que los fragmentos van a ser expulsados en una explosión, por lo que desde la agencia estadounidense advierten de que hay que evitar a toda costa acercarse a un delta de lava activo y mantener una distancia segura, ya sea en tierra o a bordo de un barco. Según el USGS, 300 metros es la distancia máxima a la que se han arrojado rocas y lava tierra adentro en explosiones registradas en el pasado. Aunque advierte de que pequeños fragmentos pueden caer aún más lejos.

El colapso también puede levantar olas de agua hirviente y, a medida que la lava caliente hierve el agua fría, una serie de reacciones químicas y físicas crean una columnas de vapor con ácido clorhídrico y diminutas partículas de vidrio volcánico. El USGS recuerda que personas que se encontraban cerca de deltas de lava han sufrido quemaduras de segundo grado por las olas calientes y el vapor que las acompaña. En el año 2000, dos personas murieron al inhalar vapor ácido. Estos vapores pueden causar irritación de la piel y los ojos y dificultades para respirar.

Plátanos en el delta

Entonces, ¿cuándo se podrá pisar el delta de La Palma? «Hay que ser prudentes. El terreno es quebradizo. A medida que la lava avance el frente se irá enfriando pero el interior va a quedar caliente. La comunidad científica hará lo posible para tomar las muestras necesarias, pero el resto tiene que esperar el tiempo que haga falta. Si alguien quiere tomar imágenes, que envíe un dron», aconseja Jesús Ibáñez, catedrático de Física de la Tierra de la Universidad de Granada.

Soler estima que una vez cese el flujo de lava, en cuestión de días ya se podría caminar por el delta. «Cuando se pare la alimentación, el enfriamiento superficial es bastante rápido. El malpaís , la escoria que deja la lava, es bastante aislante, y con el debido cuidado se podrá inspeccionar la zona», afirma. Eso por lo que a la temperatura se refiere. «Otra cosa es que al estar en contacto con el agua del mar siga habiendo emanaciones gaseosas que habrá que analizar en su momento», agrega.

El científico recuerda que en Canarias son muy comunes estas islas bajas. Las hay en San Juan (erupción de 1949) y en el Teneguía (1971) en La Palma y en El Hierro, «y si se quieren usar para agricultura, les echan tierra encima y como el material drena muy bien se pueden plantar plátanos. Estas plataformas están perfectamente conservadas, al menos las más visibles», dice.

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