'La tribu': Los indígenas devuelven su nuevo amor a Cádiz a través del Carnaval

José María Aguilera

Cádiz

27/01/2025
Actualizado 28/01/2025 a las 20:00h.

Y de entrada, el Vaporcito de Los hombres del mar. ¡Qué maravilla! En todos los aspectos. 'La tribu' es una comparsa polidimensional, con numerosos planos que se desgajan como una cebolla. Y que abarca los principales conceptos de una obra escénica, con un desarrollo narrativo de nivel superlativo, grabado en verso y sobre una melodía de Carnaval.

Raúl Cabrera le ha tomado el pulso perfectamente a la presentación, una canción original y distinta, repleta de acordes y compases envolventes que en ciertos momentos retrotrae a los ritmos trepidantes del Capitán Veneno. Y García Argüez encierra la tremenda habilidad de resumir, con una poesía cuidada y llena de matices, una historia rebosante de detalles. Es una bella comunión entre el significado y el significante, la apariencia y la esencia. El barco llamado Cádiz que colgaba de la luna se estrelló y cayó en una remota isla perdida en el corazón del océano. Los salvajes habitantes de este atolón descubren en las bodegas del navío el mayor de los tesoros: las coplas de Carnaval. Desde entonces la vida de estos indígenas no volverá a ser igual, estableciendo un paralelismo real y actual con tantos foráneos que se enamoran de Cádiz a través de estas joyitas en música y letra.

La comparsa se eleva sobre la mediocridad habitual y establece una dimensión diferente sólo al alcance de los grandes. El mínimo elemento está cuidado con mimo. Desde el punteao que introduce el pasodoble a la interpretación, ejecutada con una precisión primorosa, y el texto, escrito por alguien doctorado en ello. La primera copla de medida es una autoafirmación tanto del Carnaval como del propio grupo, ua tribu que cumple ya diez años desde Los millonarios. Al 3x4 clásico, lo que le inyecta un soniquete más añejo, Cabrera continúa explorando por los diversos senderos de esta pieza propiamente carnavalera. Posiblemente, su pasodoble más gaditano y con más garra, su principal búsqueda cada año.

A continuación, magnífico y merecido homenaje a Manu Sánchez, en proceso de superación de una enfermedad tumoral, desde el cariño que le profesa su madre Andalucía El nazareno lo recibe emocionado con el Falla en pie y medio teatro con las lágrimas asomando en miradas cristalinas.

Muy buen cuplé a la ausencia de Martínez Ares por su cefalea crónica, «un dolor de cabeza menos», y el segundo con menor efecto a las luces de Navidad en la ciudad. En el estribillo inoculan el veneno del Carnaval con su cerbatana.

En el popurrí despliegan todas las ideas, inabarcables en una primera escucha. Cabrera va tejiendo el ropaje musical de estos salvajes con cuartetas melódicas propias de su factoría. Por densidad literaria y por diferencias musicales con el resto, es la pieza más compleja de analizar y requiere un estudio más profundo y sosegado. Provoca impacto la defensa de los mayores, sagrados en esta tribu, y las críticas al jefe y al chamán con reivindicaciones muy cercanas a las de la actual sociedad occidental.

Como impresión final, la sensación es que pueden cantar mejor. El grupo aún tiene margen de crecimiento en este apartado. Y sin duda que en cuanto se vayan asumiendo los principales conceptos, estos indígenas van a imponer su privilegiado poder en el imperio de las coplas.

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