COAC 2025
'El cementerio': Jona responde a una 'oveja negra' con el rabo entre las patas
La comparsa vuelve a ofrecer otra sensacional actuación en su búsqueda del primer premio
El cementerio.
Comparsa
El cementerio
- Autor Jonathan Pérez Ginel 'Jona'
La estampa recuerda a La Eternidad. «Cádiz nuestro que estás bajo el suelo», rezan en su presentación impactante.
«Y qué culpita yo tengo dime paisano, si antes que de Andalucía soy gaditano». De nuevo una copla de los enterraores del Siglo XXI, esta vez el final y no el inicio, da pie al pasodoble de los sepultureros del Jona. En el Día de Andalucía, la comparsa canta a Cádiz. A la ciudad de las luces en Navidad y Carnaval, piden a alcalde y concejales que iluminen otros costados. Ante tantos destellos, los gaditanos están cegados.
Pasará por el Concurso de manera anecdótica después de la segunda letra. El calentón le ha durado un año al autor, y lo tenía que soltar. No hay mejor escenario que la Gran Final. Buena respuesta al pasodoble de 'La oveja negra' en su última comparecencia, pues en su epístola a Juan Carlos Aragón lamentaba que los actuales comparsistas tenían dientes de leche.
«Echo de menos el talento de los que te faltan. Martin, Ares, Villegas, Tino», comienzan, hasta dar el giro inesperado. «No pienso tolerar de mis mayores que nos desprecien y nos tachen de cobardes cuando estamos en la brecha«. Defiende la actitud de Germán G. Rendón, de Piru y Tomate, de Marta Ortiz o de Manolo Cornejo. »Este rebaño ha venido dispuesto« mientras otras ovejas meten el rabo entre las patas.
Cuplés regulares, la obertura de la pieza final.
Y es que Jona vuelve a tejer un popurrí clásico con cinco cuartetas que desarrollan diversas historias traídas al tipo. Una primera estilo rumba con tintes de Bossa-nova, que termina a contracompás. Sacrifica más la melodía para elaborar esa segunda letra a los pájaros de mal agüero, con las metáforas y paralelismos entre las aves y los gaditanos; y en la tercera tira de percusión para marcar con patrones de chacarera, ritmos gauchos en el tramo más diferente.
Avanza con la tradicional balada para ese 'cerquita de la caleta he reservado un sitito'. «Me llevo a la tumba». Y en la última acaba por mayores y con cambios ascendentes de tono para reflejar esta vitalidad, esa energía y esa esperanza con la que abrochan la comparsa. Otra enorme actuación de la agrupación más regular de la modalidad, sin los destellos de genio de Bienvenido pero con ese pellizcazo que no tienen las ratas.
Así cantaron en las fases anteriores:
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