Opinión

No pasa nada

'Saltar al campo con el determinado propósito de que «no pase nada» tampoco está exento de riesgos

el alavés se adelantó por manos de salvi. l. v.
Pepe Reyes

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Ya fuera por la suma importancia de los puntos en juego o por la austera concepción del fútbol que ambos contendientes tienen asumida, bien por la antiestética deriva que este deporte ha experimentado en la alta competición , o tal vez por un funesto compendio de todo lo anterior, el caso es que el partido que disputaron Alavés y Cádiz el pasado sábado constituyó todo un elogio del bostezo y una explícita invitación a la siesta o cambio de canal .

Sólo apto para entusiastas de ambos conjuntos , que mantenían el pulso emotivo con la incertidumbre del resultado, el duelo transcurrió espeso, soporífero, ayuno de combinaciones y profuso en balonazos verticales, como expeditivo y reiterado conducto de acercamiento al área rival.

Salir al campo con el determinado propósito de que «no pase nada», de renunciar a la elaboración del propio juego con el objetivo de impedir al adversario que construya el suyo, tampoco está exento de riesgos. Pues instalados en esa «nada», ésta sólo se rompe mediante detalles, a veces imprevisibles, que desequilibran los partidos.

De hecho, no pasaba 'nada' en Mendizorroza y el detalle de un penalti nos puso en desventaja en el marcador. Arribábamos el minuto ochenta, seguía sin pasar «nada», los amarillos ni generaban fútbol ni creaban peligro y el detalle de otro penalti nos concedió el salvífico empate.

Pero si a estas alturas de competición gozamos de una distancia de seis puntos respecto al descenso, por más que la 'nada' ofrezca dudas y provoque aburrimiento , hemos de aceptar que el método elegido para afrontar tan arduo camino debe ser el correcto . Fórmula a la que habremos de agarrarnos para salir airosos en esta trepidante recta final, donde esperan seis decisivos encuentros frente a rivales directos, de cuyos resultados dependerá la suerte que corra el Cádiz en su intento de conseguir la permanencia.

Que pase poco en esos partidos será buena señal, que no pase nada, mejor, y que los detelles que los decidan nos sean favorables. Pues, al cabo, no pasa nada si no pasa nada si al final salimos airosos.

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