Cádiz CF

Madurar a base de palos

El Cádiz de las últimas jornadas ha potenciado su punto fuerte gracias a las lecciones aprendidas

cervera, antes de un entrenamiento, con sus jugadores. a. v.

Alfonso Carbonell

El Cádiz CF ha vuelto por sus fueros, que son pocos y aburridos pero de tremenda importancia para salvar la categoría con holgura. Las lecciones aprendidas durante el Tourmalet han sido grabadas a fuegos en el ideario colectivo de un vestuario que de nuevo ha comprobado como las sabias palabras de su entrenador se están cumpliendo por enésima vez,

Puede que para un advenedizo no entienda eso de seguir defendiendo en el minuto 80 un 1-0 en contra pero esa y no otra es la razón por la que el Cádiz CF ha vuelto sobre sus pies con mayor vigor.

Lo venía a decir este pasado sábado en Mendizorroza Álvaro Cervera . Bueno, más bien, lo volvía a a repetir. «Ahora lo importante es que estamos cerca de empatar o ganar en el minuto 60 y antes, por mi culpa y como pasó ante Sevilla, Real Sociedad o Athletic estábamos con el partido perdido ya en el 50 por eso de intentar ir a por el partido y nos llevábamos cuatro», decía un entrenador que esta temporada ha vuelto a introducir un concepto si cabe más defensivo que todos los anteriores dado la categoría y el mayor potencial de sus rivales. Ese concepto no es otro que saberse vivos aun estando por debajo en el marcador. Y esto no quiere decir más que el equipo debe seguir jugando atrás, encerrado, a la espera de un error que no deben ser tantos como cuando el marcador va en empate. En definitiva, la más conservadora de las teorías amarrateguis. El no va más de la filosofía ultradefensiva. Ríase usted del cattenacio.

Pero funciona. Vaya sí funciona. De esta manera llegó lo que fue el primer pasito que daba un Cádiz CF apaleado en el Tourmalet, donde encajó 16 goles en cuatro encuentros. Moría el partido en el Nou Camp y el once amarillo sacaba petróleo de una jugada en la que Lenglet pateaba levemente dentro del área a Sobrino en un lance absurdo por parte del zaguero azulgrana. Álex, ante todo un Ter Stegen, marcó y no le tembló el pulso. Un puntito.

Marcado el camino en el Nou Camp, llegó el Betis, equipo al que se controló salvo en una jugada donde el Pacha Espino dejó centrar para desesperación de Cervera, que constantemente taladra a sus hombres la vital importancia que tiene tapar los centros del contrario. La derrota, por la mínima, no cambió los planes de cara a los dos siguientes duelos que el Cádiz CF tenía ante dos rivales directos.

Y la jugada ha vuelto a salir. Partido rocoso y soso ante el Eibar y victoria por la mínima con gol de Negredo a un centro perfecto de Espino, que se resarcía de la mejor manera de su error ante el Betis.

Sin duda, las cuatro derrotas consecutivas, con goleadas incluidas, han hecho madurar a base de palos a un equipo que necesitaba verse apoyado en su trabajo por la consecución de los puntos que han llegado en las siguientes jornadas al infernal Tourmalet. De hecho,

El paradigma de la renovada filosofía ocurrió ante el Barcelona y el ejemplo se volvió a vivir el pasado sábado en Mendizorroza, donde Alavés y Cádiz CF aburrieron hasta alas obejas en un encuentro en el que por dos errores en forma de penaltis decidieron para satisfacción de un entrenador que se muestra orgulloso de la forma en que sus pupilos han interiorizado todos sus dogmas de fe por muy estrictos y sobrios sean. El camino a la permanencia está en el aburrimiento. Y bienevenido sea, que esto es Primera.

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