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LALIGA HYPERMOTION. JORNADA 1
El Cádiz CF debuta en Liga ante el Zaragoza y por el bien de todos ignorarse será el mejor camino para aislar al equipo de un escenario que da vértigo
El cadismo debe olvidarse del palco y el palco debe olvidarse del cadismo
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No hay peor remedio para la dignidad que tratar de llevarse bien con alguien al que no se puede ni ver. Ni peor remedio, ni peor enfermedad para el alma. Por eso, el cadismo y el Cádiz CF, por el bien de su afición, su historia y su balance de resultados deben coincidir en algo, ignorarse por el bien de todos. Ese sería el primer pasito para ir recuperando la normalidad en un club que ha perdido el oremus en su relación con la masa social de un equipo que este viernes debuta en LaLiga contra un Zaragoza asentado ya en la categoría a la que hoy vuelve el Cádiz CF.
La última genialidad de la directiva ha sido la renovación por ¡cuatro años! de un buen jugador, pero que levanta más suspicacias que ilusiones. Porque Iván Alejo es un extremo más que válido para una plantilla de Primera, así que figúrense para una de Segunda. Sin embargo, el entorno, la crispación, la bronca y el cabreo potenciado por los propios dirigentes no ayudan a aplaudir el nuevo contrato de un jugador del que muchos creían haberse despedido en cuanto se consumó el descenso.
Olvidar o ignorar, no queda otra para la convivencia. Y sobre todo y más importante, no hay otra salida si lo que se desea es que el niño (el equipo) pueda crecer en un ambiente lo menos dañino posible. Y por el pequeño, como infante que es, habrá que esforzarse en tratar de comprender sus caídas, sus chiquilladas, sus pamplinas, las propias de un chaval malcriado. Por mucho que los de arriba se hayan empeñado en mantenerlo y no haberlo mandarlo a un internado para intercambiarlo por otro que despierte algo más de alegría en una afición cabreada con su directiva y hastiada con su equipo, por mucho que no haya dado muchas razones en verano para confiar en él, por mucho que se le quiten las ganas a cualquiera de animar a lo mismo que fracasó hace poco, por mucho que no haya nada, se deberá querer todo. Y eso, además de la voluntad y el buen hacer de un equipo herido en su orgullo y un cuerpo técnico por todo que demostrar, solo se podrá hacer desde la unidad de la grada y el equipo dejando al margen, si saben, quieren y pueden mantenerse ausentes, a los que dirigen un club obcecado en coger más y más velocidad para estrellarse contra un muro.
Incertidumbre
Desde arriba se quiere vender que se ha mantenido a la mayoría de la plantilla de Primera, pero es ahí precisamente donde radica el problema. La plantilla del Cádiz CF jamás fue de Primera, solo que tanto jugadores como entrenadores dieron de sí lo que no daban ni las casas de apuestas con toda lógica. Pero todo milagro se acaba y ahora toca seguir pagando todo lo que no se debió pagar y ahora es rémora. Pero hay que hacer de tripas corazón. Por el bien de todos, especialmente de los aficionados, que serán los que siempre estarán viendo pasar los años sin más interés que acompañar a su equipo jornada tras jornada, éxito tras éxito o fracaso tras fracaso sin importar la categoría donde se encuentren los de amarillo y azul.
Por todo ello, y por lo que seguro que vendrá, la afición –y los dirigentes si quieren, saben y pueden– están llamados a resetearse desde justo en el que el árbitro de la contienda señale con su silbato el inicio de una nueva temporada que bien podría allanarse en el caso de que lleguen rápidas victorias o complicarse sobremanera en el caso de que la pelotita no entre.
La tensión que se vive en la afición pende de un hilo. Por descontado, de inicio, el equipo va a tener el respaldo incondicional de la grada a pesar de que poco o nada hayan hecho por merecerlo, pero ¿quién va a un espectáculo dispuesto a enfadarse? No obstante, tan fino es el hilo de la paciencia de la afición que nadie quiere imaginarse un escenario con un Zaragoza bailando a los de Paco López desde los primeros minutos de juego. Y para eso, para tratar de que eso no pase, el nuevo entrenador cadista no para de darle vueltas a la cabeza con qué equipo salir de inicio para verse las caras con el veterano Víctor Fernández, que sabe bien cómo se las gasta un Carranza unido tal y como sufrió en aquella mítica última jornada de la 90/91 en la que el Cádiz CF de Ramón Blanco y los goles de Dertycia y Kiko abocaba a su Zaragoza a jugar la misma promoción de permanencia que tanto maños como gaditanos salvaron ante Murcia y Málaga, respectivamente.
Paco López tendrá solo una duda. La de Rubén Alcaraz, por eso de que empezó a entrenar a mediados de semana tras un verano con molestias. Así que dependiendo de cómo esté el catalán su concurso desde el inicio será o no posible en detrimento de Álex. Porque el resto parece de lo más claro para suplicio de no pocos cadistas, que terminaron hasta el gorro del equipo que sucumbió el año pasado y que ahora le venden que es el que con el que hay que ilusionarse pese a las pocas caras nuevas que hay hasta el momento.
En la portería estará Caro, el ex del Burgos. Su mejor manejo del balón con los pies le hacen partir con ventaja que el eterno suplente David Gil.
La defensa será la formada por Zaldua, en el que debe ser su primer año de verdad si las lesiones le dejan en paz. En el otro carril, el izquierdo, será par Matos en lo que también debería ser su primera temporada de verdad con el Cádiz CF, club en el que ya estuvo siendo más joven sin poder demostrar lo que ha demostrado en el Burgos, también en el Burgos, sí. Los centrales son más conocidos y es sobre los que debe reposar la columna vertebral de este Cádiz CF hasta que Luis Hernández da señales de vida, en el caso de que las pueda dar. Así que Chust y Fali ordenarán la zaga.
El centro del campo será para Álex Fernández, por eso de que debe estar más adaptado a lo que pide Paco López, y para Moussa Diakité, la revelación del verano. Así ha sido el verano... En las bandas estarán Alejo y De la Rosa, uno más requeteconocido por la afición gaditana y el otro no tanto al tratarse de una de las promesas del club gaditano. En esta primera jornada, la afición lamentará no poder ver a Ontiveros, lesionado desde el Trofeo. Y arriba dos que ya estuvieron en las pasadas campañas: Roger y Chris Ramos. Casi las mismas caras para ilusionarse, pero ya saben. Respiren, cuenten hasta tres, reseteen y ¡a confiar!
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