Cádiz - Huesca

Cádiz - Huesca (Previa) Este año, un poquito de por favor...

Conseguida la salvación y con cuatro jornadas por delante, el Cádiz CF tratará de sacarle más brillo aún a su año

Dónde y cuándo ver el partido

cervera da una charla al equipo en el rosal. a. v.

Alfonso Carbonell

Al ejército de Álvaro Cervera poco o nada se le puede pedir una vez conseguida la permanencia. Como las huestes de los Stark tras una cruenta batalla, de esa guisa regresó el Cádiz a su hotel de Granada tras su formidable y sufrida victoria en Los Cármenes. Bajando del autobús y a pie hasta el cuartel de campaña, se pudo ver a Salvi cojeando, a Jonsson con dos bolsas de hielo en sus piernas para rebajar los efectos de un golpe y a más de uno con claros síntomas de cansancio. Todos parecían venir de una lucha sin cuartel. Todos, claro está, todos salvo el animal Fali, que se coló gritando «¡Vamos, titanes!» como el ‘zumbao’ que todo ejército debe tener. Muy propio.

El Cádiz de Cervera lo ha dado todo y más para darle a su pueblo la permanencia con la que podrán disfrutar del año en Primera que la pandemia le ha quitado. Pedirles algo más sería injusto, pero seguramente que serán ellos mismos los que se lo autoexigirán de aquí a que acabe una temporada brillante que va camino de convertirse en histórica. De ellos depende.

Sobra decir que no pasará absolutamente nada si de aquí en adelante el Cádiz baja los brazos. Es lógico y hasta cierto punto normal que los guerreros que se han partido el pecho en todas y cada una de las jornadas tengan ahora su merecido descanso . Ya se le dio a Álex, quien no sufre una grave lesión pero al que no se le forzará más de lo debido hasta que los galenos no den con lo que exactamente tiene y que le hace sufrir. Se le exigió hasta que la guerra se ganó a Cala, que esta misma semana ha puesto fin a la temporada caminito del quirófano, el mismo que esquivó con tal de aportar su granazo de arena en los éxitos de un equipo que seguramente dejará de contar con Salvi, reventado y con molestias durante toda la campaña pero siempre al pie del cañón. Hay más, muchos más compañeros que se visten de futbolistas cada domingo tapando todas las heridas que han cosechado durante un año lleno de victorias tan importantes como cargadas de sufrimiento sobre el verde.

Todo está conseguido ya, pero esta misma semana salió el ardor charrúa de la boca del Pacha Espino, el hombre de campo que más minutos acumula en sus piernas, y que marca el camino de lo que deben ser estas últimas cuatro jornadas ligueras. «Todos se juegan algo de aquí al final de temporada y a nosotros, por suerte, nos resta una etapa de cuatro partidos bastante tranquilos. Pero hay que seguir compitiendo para hacerlo lo mejor posible porque siempre es lindo hacer puntos y acabar lo más arriba posible», decía el lateral zurdo al que casi seguro también se le dará descanso en esta placentera recta final.

Pero ya se sabe que del dicho al hecho hay un trecho y que en el Cádiz ese camino solo se quedó en palabras hace un año y después de que se consiguiera el ascenso a tres jornadas del final. De aquello guarda un feo recuerdo Cervera, el que dijo haber cogido apuntes para a la postre no haberlos usado mucho ya que Óscar Arias apenas pudo vaciarle el vestuario con el que, eso sí, ha conseguido el milagro de la permanencia en la elite de un fútbol español que anda en pañales por Europa.

Porque el ascenso del año pasado a Primera fue como fue. Ante todo y antes de que salgan los cansinos de siempre, un éxito rotundo de Álvaro Cervera y sus muchachos, pero quedó algo empañado en la última jornada tras perder el campeonato en favor, precisamente, del Huesca, hoy rival del Cádiz en Carranza y que se juega la salvación.

Pero más allá de que se perdiera el liderato en la última jornada, lo que más o menos pudo enfadar al aficionado crítico, con Cervera al frente de ellos fueron los tres últimos encuentros que se perdieron. El primero fue en Carranza y dolió algo más que el segundo en Gerona porque de haberse ganado al Fuenlabrada la afición habría podido disfrutar del ascenso bajo el recuerdo del triunfo en casa ante el conjunto madrileño y no al día siguiente (que, para más inri cayó en lunes por la noche) como producto del error de un contrario, en este caso el Zaragoza, que caía goleado en La Romareda ante el Oviedo agotando sus últimas opciones de ascender directamente.

Con la alegría del ascenso, el Cádiz echó el ancla y en alta mar comenzó a disfrutar de lo conseguido . Perdió en Gerona una semana después y terminó de tirar por la borda el primer puesto en la última jornada en Carranza ante el Albacete perdiendo cuando un empate solo le hubiera dado el campeonato, que nunca molesta en la sala de los trofeos de cualquier estadio.

Y con ese recuerdo, más la posibilidad de poder batir el récord de la mejor clasificación histórica en Primera (12º) –sellado en la 87/88 con Espárrago en el banquillo–, afronta estos últimos cuatro partidos el once de Cervera, que a buen seguro repartirá minutos entre los menos habituales.

El primero de los cuatro duelos no será nada fácil ya que llega un rival con el cuchillo entre los dientes como el Huesca , que se encuentra a un punto de una salvación que se está labrando Pacheta, un entrenador que ascendió al Elche el año pasado y que ahora trata de darle caza. Son las cosas del fútbol, ese que ahora le da la posibilidad de revancha a un Cádiz que de ganar no lo hará por ello, sino por la historia.

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