Granada - Cádiz

La pizarra del Granada 0-1 Cádiz CF

Los de Cervera hacen un partido perfecto en el que ahogan a un rival y en el que las mejores ocasiones para ganar e incluso algo más son amarillas

Cala en una jugada del partido ante el Granada LA VOZ

Rubén López

Los 40 bien merecen un partido perfecto

Para llegar a los 40 puntos el Cádiz tenía que hacerlo por méritos propios con un partido espectacular. Y así fue. El equipo de Álvaro Cervera no desmereció la temporada que está haciendo y para ello hizo un encuentro perfecto de principio a fin. Desde el minuto uno se veía que el Cádiz era superior y hasta el último segundo del choque se confirmó que el único que podía ganar el partido era el conjunto gaditano. Y así fue.

El sistema de Cervera funcionó a la perfección. El Granada, con algo de cansancio por la acumulación de partido, fue un pollo sin cabeza, como diría Toshack. Los de Diego Martínez estaban desaparecidos y sus jugadores de ataque anulados por completo. El Cádiz campaba a sus anchas por Los Cármenes sin sufrir lo más mínimo ante un equipo que no conseguía siquiera tirar a puerta.

Una demostración más del 'cerverismo' llevado al límite . Un equipo que trabaja como nadie, solidario y sólido que es capaz de poner en el campo todo lo que su entrenador pide.

1. Banda izquierda inédita

Cervera sorprendía con una banda izquierda desconocida hasta el momento. Finalmente era Akapo el dueño del lateral zurdo en detrimento de Jairo, mientras que Alejo era el extremo de dicha banda a pesar de que Salvi estaba en el campo. Siempre que amboas habían coincidido había sido el sanluqueño quien había ocupado la izquierda.

El plan salió bien a los amarillos desde el inicio. Ya en el minuto dos el Cádiz pudo marcar en una buena jugada por la banda derecha. El equipo amarillo estaba bien plantado en el campo, sin defender demasiado atrás y dándole una posesión que el Granada no aprovechaba, salvo por una ocasión de Nehuén que salvó bien Conan.

El tanto de Rubén Sobrino hacía justicia a un partido en el que Cádiz tenía algo más de posesión que en partidos anteriores y en el que su juego era más cómodo de lo habitual, merced a su trabajo. La cosa no quedaba ahí pues a los pocos segundos de nuevo Sobrino tenía la oportunidad de aumentar el marcador pero Aaron le sacó el balón en el mano a mano. El Cádiz era superior en el juego y lo demostraba también en el marcador.

2. Control total

La segunda parte no cambiaba de guion. Salvi tenía más que controlado a un Darwin Machís que se iba al medio para intentar tener la oportunidad de hacer más daño por el centro. Pero ni por esas. El Cádiz no dejaba la oportunidad a la improvisación, lo tenía todo perfectamente estudiado y a pesar de los cambios de Diego Martínez, el choque seguía en el tejado amarillo.

La prueba de todo estaba en que Cervera no movía el banquillo. Sobrino seguía haciendo un trabajo increíble ayudando a meter el balón en la zona alta, mientras que Negredo se peleaba con los defensas rivales. Nada ni nadie podía hacer presagiar un cambio de marcador e incluso de partido. El choque estaba totalmente controlado por un Cádiz que a poco de mejorar algo más en sus transiciones podía dejar el partido más que finiquitado y sentenciado .

3. Rúbrica perfecta

La lesión de Salvi hacía que Jairo entrara en el campo y fuera el canario quien ocupara la banda izquierda mientras que Alejo, otra vez un buen partido, se iba a la banda derecha. Nada, el choque seguía en el lado amarillo y el Granada no encontraba un resquicio para atacar.

El técnico local metía todo lo que tenía ofensivamente en el campo pero el Cádiz no se descomponía. Las ayudas eran constantes y el trabajo de Jonsson y José Mari espectacular para que nada pasara por el centro.

Choco Lozano entraba por Negredo, mientras que Malbasic y Garrido hacían lo propio por Alejo y José Mari. El Cádiz acababa con el balcánico en la derecha, Jairo en la izquierda con Sobrino y Lozano en ataque. Y si algo podía pasar era que el Cádiz encontrase el segundo tanto o alguno más. Lozano casi lo rozó en un mano a mano y solo esa falta de sentenciar el partido hacía que el partido estuviera apretado.

Por sensaciones no era pues el Cádiz no daba atisbos de irse del choque. Sin embargo, no terminar bien las contras hacía que todo estuviera en un pañuelo. Ese es el único pero que se le puede poner a un equipo que rubricó otro partido perfecto , otro encuentro genial para zanjar el objetivo. Este Cádiz no tiene límites, este entrenador ha encontrado la orma de su zapato en el conjunto gaditano.

Los 40 puntos bien merecían un encuentro tan bueno como el jugador por los cadistas en Granada. La permanencia está lograda, el objetivo es más que merecido.

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