Cádiz CF
Cádiz CF: Fiabilidad a prueba de pifias
Los hombres de Cervera vuelven a mostrar saber estar y categoría en los momentos claves y sin importar la categoría
Quien no recuerda en Cádiz la irregularidad con la que se acabó consiguiendo el ascenso a Primera durante los once partidos que se jugaron en la desescalada sin público. De esos, el Cádiz CF sumó cuatro derrotas, cuatro empates y sólo tres victorias. Eso sí, vaya victorias por lo trascendental que fueron cuando se consiguieron.
Y es que los tres años anteriores que se pasó el Cádiz CF en Segunda elaborando la madurez necesaria para dar el salto a Primera le dieron al once de Cervera un aplomo y un saber estar que aún en Primera División y con mejores rivales sigue demostrando a prueba de bombas, que en este caso pueden llamarse pifias.
Sobra decir que el Cádiz CF ascendió por méritos propios, pero tan evidente es eso como aceptar que también lo hizo por demérito de sus contrarios, los que nunca llegaron a estar a una distancia muy cercana del liderato amarilo, que sólo lo perdió en la última jornada por una derrota en Carranza ante el Albacete, la tercera consecutiva después de celebrar el éxito del ascenso gracias, entre otras, a la victoria en La Romareda del Oviedo que tanto deslució los festejos de una fiesta ya abortada por culpa de la maldita pandemia de la que ahora se cumple un año.
El caso es que aquel Cádiz CF defraudó durante esa desescalada , pero no tanto como para echar por tierra la brillante primera vuelta que realizó y que a la larga le acabaría dando el ascenso. Con un fútbol contagiado y envenenado por el coronavirus, los de Cervera supieron sacar rentabilidad haciendo, si se permite, lo mínimo indispensable para conseguir lo máximo. Y a fe que triundaron. Y ojo, para eso hay que valer. Mucho más en mitad de una crisis santitaria donde ningún equipo mantuvo una regularidad constante debido a la carga de partidos y la complicada y extraña situación en la que se jugó todo tras más de dos meses parados y encerrados en casa.
Esta situación tan rara apenas ha cambiado en este año con fútbol pero sin grada . Los partidos se amontonan y las lesiones, también. Tampoco ha cambiado el Cádiz CF, al que las primeras vueltas se le siguen dado de maravilla mientras que las segundas todo lo contario. Eso no quita para que los de Cervera sigan gestionando las situaciones delicada con la precisión y garantía del mejor cirujano. La categoría no le ha hecho efecto a esta reacción de un equipo que el pasado sábado ante el Eibar volvió a sacar la fiabilidad de la que hizo gala el curso pasado y de la que está empezando a hacer a las primeras de cambio en el que el guion se lo ha pedido.
Como el curso pasado, cuando más apretaban los rivales, el Cádiz CF sacaba y saca adelante sus partidos cuando comienza a ver por el retrovisor que se le acercan por detrás. El conjunto gaditano es capaz de pegarse, como se ha pegado, siete partidos sin ganar sumando solo dos puntos de 21 y posibles, parecer grogui, y llegar el duelo en donde puede ser alcanzado tras la pésima dinámica y dar un golpe en la mesa dejando de nuevo al doble la distancia respecto a los perseguidores. Además, suele contar con la suerte de que estos la pifian tal y como lo han hecho esta jornada Huesca (3-4 ante el Celta), Alavés (3-2 ante el Betis) y Eibar (que cayó en Carranza).
Las pifias las sigue y seguirá teniendo este Cádiz CF, capaz de acomodarse con un colchón de puntos ganado a pulso pero capacitado también para dar el do de pecho cuando las circunstancias lo requieren . Este Cádiz CF es fiable cuando peor viene las curvas. Su adherencia al terreno más resbaladizo ha vuelto a quedar más que comprobado puesto que de perder ante el Eibar el asunto se hubiera complicado igual o más que en los encuentros del curso pasado donde se ganó poco, pero en los sitios y el momento idóneo (Soria, Carranza ante el Oviedo y Extremadura).
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