Cádiz CF: Que no se resfríen

Ahora que estamos en Cuaresma aprovechen la oportunidad. Da igual que sean creyentes o que no. Recen, pidan que José Mari no pille ni un resfriado de aquí a final de temporada. No se lo piensen, ya luego negociamos si creen más o menos, pero lo importante es que el del brazalete esté siempre en el terreno de juego.

Ese jugador que no tiene los focos encima pero que si no está se nos apaga la luz en determinados momentos. Esa pieza que no acapara portadas pero que todo entrenador quiere en su once. Procuremos que no le duela ni la cabeza. Por el bien del equilibrio del equipo. Como también debemos tener en el almacén cargamentos de 'Nolotil' para que Negredo ni estornude. El gol es definición y en el equipo amarillo eso tiene un nombre.

Dicho esto. Es verdad que el equipo, en términos tenísticos, salvó ante el Eibar una bola complicada. No definitiva pero sí de las que pueden marcar el futuro. Pero no es menos cierto que aun con toda la alegría del mundo, no podemos ser conformistas. Su pudo matar el partido antes de que el árbitro pitara el final. No se pueden fallar ciertas oportunidades a la contra.

Si la pasada semana lamentaba que un equipo que se basa en la fortaleza defensiva perdiera tres puntos a balón parado, esta semana hay que exigir que un equipo que además basa su parte ofensiva en las contras tiene que ser más certero en las que tiene. No se trata de no estar contento nunca, sino de perfilar cosas, porque en el fútbol la gloria está en los matices.

Por eso debemos estar contentos con la victoria del sábado, pero desde ya mismo debemos pensar que el próximo fin de semana vuelve a haber una final. Que no será definitiva, pero sí vital para lo que queda de Liga. Esperemos que Álvaro Cervera tenga razón y el partido ganado ante el Eibar haya servido para dejar de estar atenazados. A ver si sueltan y la alegría trae nuevas victorias.