Cádiz-Celta
Aquí no pasa nada (1-2)
Primera victoria del Cádiz en Liga ante un Celta que acabó tan volcado como desesperado
El Choco Lozano y el Pacha Espino, goleadores de un Cádiz muy 'cerveriano'
¿Qué pasa aquí? Aquí no pasa nada. Aqui se vuelve al cuartel, se recuedan un par de cositas con la voz más alta de lo normal y el personal se pone recto en dos días. Y eso es lo que ha hecho Cervera y banda. Volver al redil, enseñar los dientes y pasar olímpicamente del toque y de lo que ello conlleva. Aburrir para vivir, que de eso se trata.
Cuanto este Cádiz sale a empatar sin complejos es más Cádiz que nunca. La finalidad de la visita de este viernes a Vigo no era otra que no encajar goles y ya, si eso, se vería s daría tiempo para arrimarse a portería contraria. La defensa bien situada es lo mejor para un buen ataque y a decir verdad los pupilos de Cervera llegaron a Balaídos con la lección bien aprendida.
Dos latigazos de un Choco Lozano bárbaro y un Pacha Espino de nota le dieron al Cádiz el aire necesario para volver a respirar con la tranquilidad de un equipo que se creía metido en un laberinto del que ha salido momentáneamente en Galicia, esa tierra que siempre acude al rescate de Cervera cuando las cosas viene mal dadas.
Una victoria, la primera en Liga, y tres puntos que ofrecen al cadismo esa carta de lealtad al método de Cervera. Así, con tres puntitos y una imagen más sólida, sí que se puede recibir a un Barcelona que tampoco hay que verlo como un ogro.
Las cosas no iban bien y el once de Cervera hablaba por sí solo. Hasta cinco cambios, uno obligado por sanción de Cala, introdujo el técnico del Cádiz después de la mala imagen ante la Real en el anterior encuentro. A Cervera se le puede tachar como un entrenador ultraconservador pero hay veces, no pocas, que sorprende y se la juega con un zagal de 17 añitos en la mediapunta en un partido que no es a vida a muerte pero casi porque los destinos no se conocen, pero sí se pueden ir facilitando.
El canterano Bastida no fue el único jovencito en debutar en el once . El otro, aunque con más experiencia, era Chust, que debutaba como titular en el Cádiz, que no en la Liga, donde ya Zidane le dio la oportunidad. Junto a ellos regresaban el Choco Lozano, Haroyan y Tomi Alarcón en detrimento de Negredo, Álex, Marcos Mauro y Jonsson.
Muy juntito aparecía el Cádiz bajo un 4-1-4-1 y parecía conformar una buena muralla pero ni cinco minutos habían pasado cuando llegó la primera ocasión celtiña tras un buen pase en largo de Murillo al espacio dejado por Espino para que Hugo Mallo recibiera solo en su banda para centrar un balón que fue ligeramente rechazado por Haroyan pero sin la contundencia necesaria para alejar el peligro. Eso lo aprovechó Cervi, que llegaba desde atrás por la izquierda para recoger el balón y dispararlo por encima de la portería de Ledesma.
Reaccionó a los poco minutos el Cádiz tras un buen centro de Tomi Alarcón, que buscó al Choco Lozano para que el hondureño controlase y a la media vuelta enviase el balón fuera. No es que el partido tuviera excesivo ritmo pero hasta el momento sí que había llegadas, como la siguiente del Celta, que tras una jugada trenzada acababa Denis Suárez con un fuerte disparo desde la frontal que fue repelido por la defensa cadista.
Pidió a los suyos Coudet paciencia y a fe que le hicieron caso porque los celtiñas no se dejaron llevar por las revoluciones que le pudieron dar sus dos primeras ocasiones y atemperaron el asunto. Tanto lo hicieron que Tapia se durmió en la salida de balón y le entregó un balón de oro a Salvi en la frontal que el sanluqueño no se lo pensó dos veces y disparó con dureza aunque por encima del larguero.
El Choco, estelar en dos minutos
Poco a poco, el aburrimiento se imponía y eso siempre es una gran noticia para el Cádiz , que llevaba el ascua a su sardina y embarraba el partido con parones y faltas, entre ellas, la que sacó Rubén Sobrino en un balón del que sacó petróleo cuando estuvo rodeado de tres contrarios y sintió un contacto. La falta, casi que en línea de cal de la banda izquierda, fue maravillosamente servida por Tomi Alarcón y peinada a la perfección por el Choco Lozano para adelantar a los amarillos.
El gol dio confianza a los de Cervera y le terminó de meter dudas al Celta, que veía como a los dos minutos se terminaba de ir del partido. Un despeje con cabeza de Salvi enviado al Choco, en posición de delantero, se convertía en una explosiva carrera del hondureño que terminaba en penalti tras un empujón de Fontan. Desde los once metros, Salvi marraba el disparo pero aparecía como una exhalación el Pacha Espino para acudir al rechace y subir el segundo al marcador y también a su casillero.
Despertó el Celta con la ilusión de acortar distancias antes del descanso pero justo en el descuento aparecía la manopla de Ledesma para enviar a córner un zurdazo de Hugo Mallo con el que moría la primera parte.
No se lo tenía que pensar mucho el Chacho Coudet y metía un triple cambio en el descanso para poner a jugar a los jugones Brais Méndez, Nolito y Thiago. Con tanto atacante, apenas defendían dos en el Celta, estaba cantado que el Cádiz se iba a meter con gusto en su trinchera dejando a sus exploradores a la caza de una potencial víctima.
A los diez minutos Cervera se veía obligado a mover su banquillo por lesión de Lozano , que dejaba su banda el debutante Arzamendia.
El Celta acorta distancias
Cervera se frotaba las manos viendo el partido. Sus chicos no se complicaban y obedecían a pies juntillas el sencillo pero sacrificado libro de su entrenador. No había medias tintas, ante la duda, patadón y tentetieso. Todo iba bien hasta el 64 en el que se juntaron dentro del área del Cádiz Nolito, Santi Mina y Aspas. El sanluqueño cedía a Santi Mina para que este combinase con Aspas, que fusilaba a un brillante Ledesma. El arquero desviaba el balón de puños con tan mala suerte que el rechace le llegaba a Santi Mina, que empalaba con su zurda para acortar distancias y meter todos los nervios que hasta ese momento no estaban en el once amarillo.
Cambiaba el panorama a favor del Celta y Cervera contestaba con tres cambios para refrescar al equipo. Jonsson, Osmajic y Álex entraban por Bastida, Sobrino y Fali. Y nada más entrar en el campo lo primero que vieron fue un centro bombeado de Brais a Santi Mina que el ariete vigués casi convierte en el empate.
Volvía a intentarlo Santi Mina en el 75' , esta vez con otro remate acrobático con la rodilla que detuvo sin problemas Ledesma, bien colocado. El Cádiz entregaba las armas y no hacía más que regalar el balón a su adversario, que tocaba y tocaba en la búsqueda de algunas grietas en la muralla amarilla.
Ya en la recta final Cervera daba entrada a Negredo y sentaba a Salvi para darle algo de aire a un equipo necesitado de balón y de oxígeno. Pero ni por esas el Cádiz se salvaba del acoso celtiña. Fue en el primer minuto del descuento de seis en el que el Celta estuvo a punto de empatar tras un buen centro que Brais dejaba de cabeza a Iago Aspas para que el ex del Sevilla rematase, con su testa también, al larguero de Ledesma. Un larguero que apareció de nuevo a un minuto para el final después de un centro de Aspas que cabeceaba a la madera el excadista Murillo.
Vencía el Cádiz al Celta y vencía también a esos miedos a un descuento tan eterno que tanto le costó hace dos jornadas en casa ante el Osasuna. Vuelve el Cádiz de siempre y lo hace con una victoria que le da alas para recibir al Barcelona y volver a creer en los orígenes que tanto se han trabajado estos días.
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