Abraham Paz anima Negredo y dejaría al delantero decidir en el caso de que hubiera otro penalti en Mendizorroza

Abraham Paz sabe muy bien de lo que habla. Tanto para bien como para mal. El que fuera central y capitán del Cádiz CF solía ser el responsable de ejecutar las penas máximsa del equipo y en la retina de los aficionados aún está gloriosos como los que marcó en la liguilla de ascenso ante Universidad Las Palmas, Logroñés o el de panenka en Carranza ante el Barcelona B. Ya en Segunda fue el autor del gol que firmaba el ascenso en Chapín y también desde el punto fatídico.

Esta semana el ahora entrenador de fútbol estuvo analizando en Canal Sur la actualidad de su equipo, el Cádiz, que la semana pasada dejaba de depender de sí mismo por culpa, entre otras muchas cosas, del error desde el punto de penalti de Negredo. El portuense no dudó en animar a su compañero. Y lo dice él, que pasó la historia negra del cadismo por su error desde los once metros en el partido ante el Hércules que desembocó en Segunda B.

En este caso, Paz lo tiene claro. Y lo dice desde dos vertientes, la de futbolista y la de entrenador. «Como jugador lo tiraría de nuevo» , dijo a las claras. Y desde la postura de técnico mantenía lo siguiente y ponía un ejemplo. «Como entrenador no soy muy partidario de meterme en la cabeza de los jugadores. Eso mejor que lo hablen entre ellos y que lo tire el que se vea más capacitado en el momento y si es Negredo, pues que repita», decía en primera instancia antes de acordarse de un hecho que ocurrió cuando él jugaba en Primera con el Cádiz CF a las órdenes de Espárrago en la 2005/06. «Recuerdo que yo fallé un penalti en la cuarta jornada ante el Sevilla que se me fue a las nubes y al siguiente que tuvimos en Liga Espárrago cambió de lanzador y puso a Fleurqui, que lo falló en Pamplona al irse el balón al palo» en un partido que el Cádiz CF perdió en El Sadar 1-0 al comienzo de la segunda vuelta.

Como se ve, doctores tiene la Iglesia y no todos piensan del mismo modo. Desde luego, en el caso de Paz, Negredo tendría la palabra.