El juez que instruye el caso Malaya, Miguel Ángel Torres, puede contar desde la madrugada de ayer con nuevos elementos en su investigación. Los que haya aportado en su segunda declaración el director comercial de la promotora Aifos, Francisco García Lebrón, quien solicitó volver a comparecer ante el juez tras conocer que se había decretado contra él una orden de prisión incondicional como imputado en un caso de cohecho. Pasaba ya la medianoche del sábado cuando García Lebrón se encontraba en los calabozos de los juzgados de Marbella a la espera de ser trasladado a la prisión de Alhaurín de la Torre. Su comparecencia había sido la primera de las producidas durante la jornada, en la que los últimos cuatro detenidos en la segunda fase de la operación Malaya habían sido llevados ante el juez. Los empresarios Gonzalo Fernández, Tomás Olivo y José Ávila Rojas ya habían recuperado la libertad, el primero con la única condición de presentarse en el juzgado cada 15 días y los otros dos tras depositar sendas fianzas en efectivo de medio millón de euros. García Lebrón había prestado declaración sobre las doce y media del mediodía, y doce horas después seguía esperando en los calabozos situados en el sótano de las dependencias judiciales. El juez había firmado un auto por el que se ordenaba su ingreso en prisión imputado por un presunto delito de cohecho.