La mirada de Gabriel no puede ocultar la ilusión y el orgullo que le supone afrontar la rutina diaria propia de un restaurante. Si bien es cierto que su caso es muy particular, ya que se encarga de regentar la popular Venta Los Tarantos de San Fernando. El local, propiedad del hostelero, es reconocido por su selecta clientela y tras décadas de esfuerzo se ha convertido en lugar de encuentro para representantes de las más variadas esferas artísticas y culturales. «Creo que a estos salones sólo les queda ser pisados por Su Santidad el Papa», afirma Gabriel para dejar constancia de la intensa vida de su establecimiento.