Después de OK, Coca-Cola es la palabra más reconocida y pronunciada en todo el mundo. La bebida que nació como un jarabe que aliviaba las jaquecas y aplacaba las afecciones nerviosas es hoy el símbolo de la sociedad de consumo y del american way of life. Hoy cumple 120 años durante los que ha calmado la sed de cientos de millones de personas. Las burbujas del refresco y otras marcas asociadas sustentan un negocio descomunal que hace tres años consiguió un beneficio neto de 17,8 millones de euros. La compañía, que a finales del siglo XIX contaba con una plantilla de 20 personas, dispone ahora de un ejército de ocho millones de trabajadores que de forma directa o indirecta se afanan para el gigante americano. La vida de Coca-Cola corre pareja a la de Estados Unidos: justo cuando se alumbraba la bebida, Nueva York recibía como regalo de Francia la Estatua de la Libertad.