Dijo Jesucristo que «por sus actos los conoceréis», pero a Leo Bassi se le puede conocer por sus enemigos. Irreverente, sarcástico, ácido y provocador, ha logrado cabrear en los últimos meses a la Iglesia Católica y a la extrema derecha, entre muchos otros. Lleva guardaespaldas, han intentado atentar contra él en el Teatro Alfil de Madrid con un artefacto casero, han censurado y boicoteado su espectáculo y hasta han pegado palizas a los asistentes a su espectáculo. «No es para tanto», dice el cómico con su voz áspera y acento mezcla de mil otros acentos, autodenominado heredero de la tradición de los bufones, que presenta hoy en Cádiz La revelación.