Entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, EE UU, Francia, Reino Unido y Rusia) las posturas difieren demasiado en cuanto a los métodos a emplear para obligar a Irán a suspender su programa de investigación nuclear. Por eso, en la reunión mantenida ayer en Moscú a nivel de viceministros de Exteriores, en la que también participó Alemania, sólo se constató, una vez más, la necesidad de evitar que el régimen de los ayatolás se dote del arma nuclear, pero sin determinar cómo se piensa lograr tal objetivo. Se coincidió también en la idea de que la vía diplomática es la más deseable, pero tampoco se decidió qué hacer a partir del momento en que se agote.