Santo Domingo se llena de Salud y Esperanza
Julio Oliva, hermano mayor de la cofradía, fue nombrado Prioste Honorífico por su labor en estos últimos 25 años
Actualizado: GuardarComo cada Miércoles Santo la Real, Ilustre y Venerable Cofradía de Penitencia de Nuestro Padre Jesús de la Salud, María Santísima de la Esperanza y Nuestra Señora del Amor Hermoso se reunía en torno a las doce de la mañana para tener unos momentos de reflexión y prepararse para su estación de penitencia. Pero ayer era un día muy especial, su hermano mayor Julio Oliva cumplía veinticinco años en la cofradía. Por lo que se le había preparado un homenaje. En palabras de uno de los hermanos «por su labor, entrega y trabajo». Oliva se mostró de lo más sorprendido a la vez que contento por dicho reconocimiento, pues en el citado homenaje se le nombraba Prioste Honorífico con carácter vitalicio. Momentos después Julio comentaba con alegría, «me han dao bien». Su emoción no era para menos.
Ya por la tarde, con un sol que prometía una gran tarde cofrade, numerosos gaditanos y gaditanas se acercaban hasta Santo Domingo para asistir a uno de los momentos cúlmenes del Miércoles Santo, la salida de Nuestro Padre Jesús de la Salud y la Virgen de la Esperanza, vulgo Cigarreras, en clara alusión a las gaditanas que durante décadas trabajaron en la fábrica decimonónica de tabacos, hoy Palacio de Congresos.
En el claustro, cientos de penitentes, 210 aproximadamente, 36 mujeres gaditanas de mantilla, y los cargadores de los dos pasos esperaban el momento crucial de la salida. Uno de los hermanos Martín, Paco en concreto, capataz del paso de misterio, anunciaba que la primera levantá iba a ir dedicada al homenajeado del día, el hermano mayor Julio Oliva, «como reconocimiento a su labor». También hubo momentos para hablar de forma más distendida, por ejemplo sobre el hecho de que el pasado martes la Agrupación Musical Polillas, que acompañaba al paso de misterio de la cofradía del Caído dejara de tocar a su paso por la plaza del Palillero, a la vez que su hermano mayor, Pedro Pablo Reynoso no se sentara en la tribuna oficial de la misma, en clara alusión a los problemas de la archicofradía de Columna. Martín comentaba, «todo es respetable, a nosotros nos gustaría que el Resucitado saliera por la mañana, pero iremos tal como está todo programado» y continuaba, «nos debemos a una cofradía y acatamos lo que nos digan».
Puntualidad
La cruz de guía, como va siendo la normalidad esta Semana Santa, sale de forma puntualísima. Dentro del templo el prior del convento Pascual Saturio dirige unas palabras a las pocas personas congregadas en el interior del mismo, la mayoría cargadores. «Pidamos a la Virgen de la Esperanza sea guardiana y capellana de todos nosotros», afirmaba, pero apenas media docena de personas prestaban atención a sus palabras. Suenan las campanas de Santo Domingo, Julio Oliva como uno más, ayuda a instalar las rampas de acceso al exterior para que el paso pueda llegar a la calle. Uno de los ayudantes de Martín se dirige a los cargadores que están en el interior del paso, «señores, ruego silencio, todos callaos, no habla nadie, sólo se escucha a Paco».
Lágrimas de Pasión para la levantá, que ordenó el propio Julio Oliva. De esta manera Nuestro Padre Jesús de la Salud parte hacia Plocia donde se congregan cientos de gaditanos, algo que no nos debe extrañar por la devoción que despierta dicha hermandad.
Tras la numerosa penitencia del paso de misterio, salen los penitentes de la Virgen de la Esperanza, cuyo palio va adornado por rosas blancas y solidagos. A estos hay que sumar el cuerpo de doce acólitos, así como a las gaditanas de mantilla, e incluso representantes de la Sagrada Cena. Tomás Martín, capataz del paso de palio, realiza la misma maniobra que su hermano para sacar el paso. «Lentito para disfrutarlo hoy hasta en la salida», comenta el gaditano. Una vez fuera hacen el cambio de ruedas, para lo que emplearon vario minutos. Mientras tanto Jesús de la Salud a su paso por San Juan de Dios, con las terrazas de los bares repletas se mece al son de Santa María de la Esperanza y pone rumbo a la Catedral y a la carrera oficial para que todos pudieran admirarlo después de la contrariedad de 2005.