FUEGO EN EL HOSPITAL DE CÁDIZ

Incendio en el Puerta del Mar: «Cuando lo detuvimos nos dijo que si no le dejábamos salir iba a quemar algo más»

Andrés y Jose, los dos policías nacionales que arrestaron al presunto autor del incendio, se lo encontraron con un mechero y una botella de alcohol sanitario en las manos. «Tenía la mirada perdida»

«Cuando llegamos aquello era un infierno, no se podía casi ni respirar. El trabajo de todos a una fue fundamental»

Los policías Andrés y Jose protegidos con EPI sacan al detenido del hospital. Francis Jiménez

María Almagro

Según ha ido avanzando la pandemia la espontaneidad sobre nuestro modo de actuar se ha ido perdiendo. Ahora el control sobre con quien estás y lo que haces, hablas o tocas en cada momento ha ido formando parte de la vida como un escudo hacia lo que puede venir si no te paras a pensar. Pero hay circunstancias en las que todo eso pasa a un segundo plano . Y este miércoles a las siete y media de la tarde ocurrió así en el Hospital Puerta del Mar de Cádiz cuando, de repente, de forma inesperada, el lugar más controlado, más seguro, salía ardiendo .

Andrés y Jose , los dos policías nacionales de radiopatrullas que llegaron de inmediato al incendio tras recibir la alerta de lo que estaba ocurriendo lo saben bien. Al igual que los policías locales, sanitarios y los bomberos que lo dieron todo para que nadie corriera todavía más peligro. Ni siquiera pensaron que aquel fuego se estaba dando en una planta infecciosa, que podían contagiarse del maldito virus. Llegaron y actuaron. Había vidas humanas en flagrante peligro y eso era lo que importaba en ese momento. «No piensas en nada. Cuando llegamos a la sexta planta y sentimos que no se podía casi ni respirar, lo único que te planteas es que tienes que sacar a la gente de allí . No hay otra».

Andrés lo cuenta todavía algo impactado por lo que vivió y por lo que puso pasar pero que no pasó gracias al «buen trabajo de todos». «Nos entró la llamada que alertaba de que había fuego en una planta Covid del hospital. Que fuéramos rápido», recuerda. «Nada más llegar subimos al sexto piso. El humo era impresionante . Vimos las camas con pacientes en los pasillos, ya los estaban evacuando. Había enfermeros y médicos corriendo por todos lados. Entonces, una enfermera vino hacia nosotros y nos dijo que les faltaba uno, que por favor lo buscáramos. Nos metimos en la boca del lobo para comprobar si alguien no había podido salir pero al final lo encontraron fuera».

Fue en ese mismo momento cuando les dijeron que un vigilante de seguridad había localizado al presunto autor del incendio en la séptima planta. Andrés y Jose no lo dudaron de nuevo y fueron allí donde tenían que ir. «Lo cogimos y detuvimos, no se resistió. Estaba cerca del ascensor. Llevaba en la mano un mechero y un bote de alcohol sanitario . Nos dijo que si no le dejábamos salir iba a quemar algo más... pero, aún así, estaba tranquilo como con la mirada perdida , yo creo que no era consciente de lo que había hecho», cuenta Andrés.

Revisaron la planta pero no se encontró ningún otro rastro de intento de incendio . «Nos lo llevamos hacia un pasillo y le dijimos que se sentara en un banco. Nos hizo caso. Apenas habló más. Solo que lo había hecho porque quería salir del hospital».

El policía describe aquel escenario que se encontraron como «infernal». «Siempre te lo puedes imaginar pero verlo y sentir que no eres capaz de respirar con normalidad es impresionante». Y valora, ante todo, la labor que se realizó en equipo. «Cada uno hizo lo que tenía que hacer y dentro del caos que es una situación así hubo un orden. Ese buen trabajo consiguió que no hubiera víctimas».

Y alaba a los profesionales que día a día cuidan de estos enfermos. Y de todos. «Los sanitarios se portaron con nosotros de manera espectacular. Nos informaron que esa persona tenía Covid y entonces nos dieron de todo para que nos protegiéramos. Hasta nos ayudaron a ponernos los equipos».

Pero no acabó ahí. Una vez que salieron a la calle y trasladaron al detenido se tuvieron que aislar dentro de su patrulla para evitar un posible contagio a otro compañero. «Cuanto menos riesgos, mejor. Recuerdo que el subdelegado del Gobierno se interesó por nosotros, se acercó y nos escribió una nota que nos colocó en el cristal del coche para que la viéramos»: 'Muchas gracias por todo', ponía.

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