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«Quiero creer que todos hemos asumido que no hay nada que hablar con ETA»
Patxi López está convencido de que «debemos ser más contundentes» en la lucha contra la violencia tras asistir a los funerales de Mallorca
Actualizado: GuardarEl lehendakari reclama «unidad» política y social para luchar con «mayor eficacia» contra ETA. A su regreso de Mallorca, donde participó el viernes en los funerales por los guardias civilesDiego Salva Lezaun y Carlos Sáenz de Tejada, Patxi López reitera la importancia de que todos los partidos respondan «juntos» a la organización terrorista que «nunca va a conseguir nada, que nadie cederá al chantaje». «Quiero pensar que todos hemos interiorizado ya que no hay nada que hablar con una banda que sólo se dedica a asesinar», insiste el jefe del Gobierno vasco para ratificar su negativa a cualquier escenario de negociación.
En una entrevista concedida ayer a EL CORREO, López destaca la necesidad de deslegitimar la violencia de las calles para hacer frente al «preocupante» apoyo electoral que ETA aún conserva en Euskadi, aunque sea «minoritario». «Tenemos que hacer una especie de autocrítica. Algo hemos hecho mal en un país en el que después de 50 años todavía existe una banda terrorista».
-Los expertos en la lucha contra el terrorismo y los titulares de Interior señalan que ETA está «más débil que nunca» tras los sucesivos descabezamientos de sus cúpulas y las detenciones de comandos a ambos lados de la frontera. Sin embargo, el asesinato de Eduardo Puelles y la cadena de atentados en Burgos y Mallorca revelan que la organización terrorista aún puede causar mucho dolor.
-Cada vez que se ha dicho, y lo hemos dicho todos, que ETA está en el momento de mayor debilidad de su historia, siempre hemos añadido que puede causarnos daño y dolor, como ha demostrado. Es verdad que está más débil que nunca; se han detenido más terroristas que nunca, la cúpula ha caído cuatro veces en pocos meses, el apoyo a la violencia cada vez es menor..., pero es evidente que para cometer un atentando bastan cuatro asesinos con un paquete bomba o una pistola. Lo fundamental es que ETA tiene que saber, y lo sabe, que ha perdido esta batalla porque no va a conseguir nunca nada. Más pronto que tarde, terminará.
-¿Esta ofensiva terrorista obedece más a una estrategia desesperada para evitar disensiones internas o un intento de forzar una negociación con el Estado?
-Hay demasiadas especulaciones y a mí nunca me ha gustado especular sobre esto. ETA hace lo único que sabe hacer: atentar, asesinar y causar dolor. Por lo tanto, nuestra respuesta tiene que ser la misma. Utilizar todos los instrumentos que nos da el Estado de Derecho para combatir el terrorismo, cerrar filas entre los partidos democráticos para impedir que los que amparan la violencia tengan un solo espacio de impunidad y propaganda, y decirles muy claramente que no hay nada que hablar y negociar con una banda terrorista porque su único destino es desaparecer. Y la de sus activistas, acabar en la cárcel.
«El camino de la cárcel»
-Como lehendakari, ¿cuál es el mensaje más importante que lanza a la sociedad en estos momentos tan dramáticos?
-La unidad. Todas las fuerzas políticas democráticas juntas diciendo a los terroristas que nunca van a conseguir nada, que no va a haber nadie que ceda al chantaje del terror, que la utilización de la violencia sólo lleva al camino de la cárcel y no al camino de conseguir objetivos políticos. Nuestra unidad es la fortaleza de los demócratas y es la debilidad de los terroristas. Ahí no debería haber ningún tipo de fisuras. Yo creo que en este terreno también hemos avanzado. La unidad es un bien a preservar y vamos a poner todo de nuestra parte para mantenerla.
-¿Considera que esa unidad es duradera en los partidos vascos?
-Espero que lo sea, quiero ser optimista en ese sentido. Quiero pensar que todos hemos interiorizado ya que no hay nada que hablar con una banda que se dedica sólo a asesinar. Su único destino es desaparecer. Y quienes todavía apoyan o dan cobertura política a la violencia, deben pedir a ETA que desaparezca o romper amarras con ella si quieren ser algo.
-Reitera que sólo se puede hablar con la organización terrorista de su disolución, pero ¿qué mensaje envía a la izquierda abertzale radical? Recientemente ha señalado en un comunicado que la culpa es de los demás, que buscar la derrota de ETA por medios exclusivamente policiales es «una quimera».
-Tampoco voy a dar espacio a ese mundo que sigue en connivencia con la violencia. Sólo pueden adoptar una decisión: romper amarras con los terroristas, decirle a ETA que desaparezca. Mientras tanto, no hay nada de que hablar con ellos.
-Vista la ofensiva de ETA, ¿la Ertzaintza y el resto de fuerzas de seguridad han extremado aún más el celo en Euskadi? ¿Se podría hablar de una alerta especial?
-En el fondo siempre estamos en alerta porque, a pesar de su debilidad, ETA puede atentar en cualquier momento. La Ertzaintza no ha bajado la guardia ni un solo minuto. Hemos puesto en marcha una unidad antiterrorista para ser todavía más eficaces en la lucha contra ETA e intentar coordinar las actuaciones con el resto de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. En Euskadi, lo que hay es en todo caso una ofensiva mayor contra todo el entramado de ETA para deslegitimar totalmente ese mundo e impedir que tenga espacios de impunidad.
-En la apuesta de su Gobierno por deslegitimar la violencia de las calles, ¿ve a todos los partidos democráticos vascos en el mismo discurso? El PNV cuestionó la campaña de retirada de carteles y pintadas porque la consideraba «precipitada».
-Pero luego el PNV dio instrucciones a sus ayuntamientos para que fueran ellos los que retiraran esos símbolos de propaganda de la violencia. La campaña del Gobierno vasco está bien parida porque viene en la propia Ley de Víctimas, que ha nacido del consenso de todos los partidos: hacer las actuaciones necesarias para que desaparezcan de nuestras calles los símbolos de apoyo al terrorismo. Espero que las formas y ritmos no sean una excusa para la confrontación. Estoy convencido de que entre todos vamos a limpiar nuestras calles de esos restos de aliento a los terroristas.
-Es cuanto menos dramático que un 15% de los adolescentes, de personas que han nacido en democracia, no rechace la violencia, según el informe del Ararteko. ¿Qué tipo de pedagogía impulsará el Gobierno vasco para corregir una situación que deja entrever que algo se ha hecho mal?
-Primero, entender que algo hemos hecho mal cuando hay un porcentaje tan alto de nuestros jóvenes que piensa que el recurso a la violencia es un medio natural de conseguir ciertos objetivos; cuando un joven vasco coge una pistola, mata a un diferente y se cree que se convierte en un héroe liberador de patrias oprimidas. Eso pone de manifiesto la urgente necesidad de introducir la educación para la paz en nuestras escuelas e institutos. Educar a nuestros jóvenes en valores de tolerancia, de respeto al que piensa diferente, de entender la sociedad vasca tal y como es, plural en las ideas, diversas en los sentimientos de pertenencia. Y todo eso tiene que servir para sumar y construir un país entre todos. Ahí tenemos una enorme tarea que hacer.
Rebeldía, frente al hastío
-¿La sociedad vasca están tan hastiada, tan cansada de ETA, que a veces desactiva de alguna manera un rechazo más firme al terrorismo? Por ejemplo, algunas concentraciones celebradas en el País Vasco en contra de los últimos atentados apenas congregaron a un puñado de vecinos junto a los políticos.
-A veces eso es responsabilidad de los políticos. Tenemos que conseguir que ese hastío, ese cansancio contra ETA, se convierta en un movimiento de rebeldía contra el terrorismo. Y no en un movimiento de pasividad, de mirar hacia otro lado...
-¿Percibe una cierta sensación de abatimiento en la sociedad?
-Tenemos que liderar la sociedad en ese rechazo al terrorismo y, desde luego, yo estoy dispuesto a hacerlo desde la Lehendakaritza porque creo que es mi obligación y responsabilidad. Espero que todos los partidos compartamos este compromiso para hacer que la sociedad deje de mirar hacia otro lado y se ponga en primera fila para combatir el terrorismo.
-Hay una generación, que es también la suya, que ha vivido y crecido con el terrorismo. Aunque el compromiso en contra de la violencia es inmensamente mayoritario en la sociedad vasca, ¿debemos también entonar todos el mea culpa de algún modo?
-Lo decía antes. Todos tenemos que hacer una especie de autocrítica, de que algo hemos hecho mal en un país en el que después de 50 años todavía existe una banda terrorista. Pero lo más preocupante es que aún hay un porcentaje de la población, aunque minoritario, pero muy importante, que sigue dándole apoyo. Una vez que cada uno asuma la responsabilidad que le corresponda, debemos dejar de darnos ya con el flagelo y encarar el futuro teniendo muy claro lo que hay que hacer. Hace falta mucha voluntad política y determinación para tener muy claro que combatir el terrorismo es una prioridad de país que nos requiere a todos, que no debemos buscar ahí lo que nos separa, sino lo que nos une para ser más eficaces y contundentes. Hay una banda terrorista que tiene amenazada a la sociedad en su conjunto. Por eso hay que reaccionar unidos y con mucha contundencia.