La bomba causó numerosos daños materiales. / Efe
lucha antiterrorista

La furgoneta bomba de Madrid estaba cargada con 80 kilos de explosivos

La explosión provocó un cráter en el suelo de tres metros de diámetro por uno de profundidad y daños a medio centenar de vehículos estacionados por la zona

MADRID Actualizado: Guardar
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La furgoneta-bomba que ETA hizo estallar el pasado lunes en el Campo de las Naciones de Madrid estaba cargada con unos 80 kilos de explosivos, según las estimaciones de los técnicos en desactivación de explosivos. Esa es la cifra que barajan los especialistas, que intentan determinar con más exactitud el tipo de material utilizado por los terroristas para hacer estallar la Peugeot Partner, robada horas antes en la localidad madrileña de Navalagamella.

La explosión, producida tras la anulación de las listas de las candidaturas de su brazo político, Askatasuna y D3M, para las elecciones vascas, y localizada junto al edificio de la constructora Ferrovial Agromán, adjudicataria de las obras de la 'Y' vasca, provocó un cráter en el suelo de tres metros de diámetro por uno de profundidad y daños a medio centenar de vehículos estacionados por la zona, además de en el puente que estaba próximo y en los edificios cercanos.

Los desperfectos, no obstante, no fueron muy importantes, ya que no estalló toda la carga, pues se incendió una parte del explosivo colocado por los terroristas que atentaron y que integrarían "un comando" que se habría desplazado desde el País Vasco hasta la capital con ese objetivo. Así lo sostienen fuentes policiales, que están convencidas también de que este "comando" tiene algún tipo de "apoyo" en Madrid.

Colaboración de "legales"

En concreto, las pesquisas apuntan a que los etarras contaron con la colaboración de uno o varios "legales" (no fichados por las fuerzas de seguridad), que suministran de información a la banda y que podrían haber alquilado un piso de seguridad o un garaje donde esconder y "montar" los explosivos.

Sin embargo, los investigadores tampoco descartan que, en vez de un garaje, los colaboradores hubieran optado por el sistema tradicional utilizado por la organización terrorista para ocultar explosivos, armas y munición: un zulo, que podrían ocultar en la sierra de Madrid.

Varias hipótesis de lo ocurrido

Asimismo, las fuerzas de seguridad no descartan la hipótesis de que los terroristas cargaran esos explosivos en la furgoneta en un descampado cercano a esta zona, como ETA hizo ya en mayo de 2005.

En esa ocasión, los terroristas robaron y montaron una furgoneta bomba en la zona de Navalagamella, un vehículo que utilizó horas después en un atentado en el barrio madrileño de San Blas, que causó heridas leves a tres personas, además de importantes destrozos materiales. Esa furgoneta-bomba había sido robada también unas horas antes en el cercano municipio de San Lorenzo de El Escorial.

Los terroristas estacionaron el vehículo en un descampado a las afueras de Valdemorillo, a unos siete kilómetros del lugar donde fue robada, y aprovecharon la oscuridad de la noche para montar la carga explosiva.