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«Francia puede y la Unión Europea tiene que querer»
Sarkozy anima a los países de la UE a encontrar una posición común para la reunión del G-20
MADRID/PARÍS Actualizado: GuardarEl presidente galo ha reiterado que la crisis económica mundial hace evidente la necesidad de "refundar el capitalismo" y llama a los dirigentes europeos a encontrar una posición común ante la reunión del G20 que se celebrará el próximo abril en Londres. "Francia puede y la Unión Europea tiene que querer" salir de esta crisis.
La crisis económica actual es "la peor en un siglo", según ha explicado esta noche el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que marca como su prioridad la protección del empleo y que confirma que mantendrá su plan de reformas. En una entrevista televisada, Sarkozy considera "normal" la preocupación de los franceses por el deterioro de su situación económica, pero ha defendido su política de reformas para hacer a Francia más competitiva.
Una semana después de las manifestaciones multitudinarias en las que millones de franceses protestaron por el deterioro de su situación económica y el aumento del paro, el presidente insiste en que "en Francia las hay (las manifestaciones) muy a menudo y si hubiera que parar las reformas por ellas, no habría reformas". Pero ha respondido a la petición de los sindicatos y ha asegurado que se reunirá con sus representantes el 18 de febrero para abordar cuestiones como las condiciones de la ampliación del subsidio de desempleo.
Inversión pública por una Francia competitiva
Sarkozy ha defendido el paquete de medidas de fomento de las inversiones públicas en infraestructuras y transportes como instrumento para hacer que las empresas creen empleo. Pero insiste en que "la valoración del trabajo" es esencial para hacer que Francia, "la quinta potencia económica mundial", no se quede atrás en el contexto del resto de los principales países industrializados.
Su compromiso con sus conciudadanos, explica, ha sido el de "hacer que Francia entrara lo más tarde posible en la crisis y salga de ella lo más pronto posible". Asegura además que las medidas destinadas a ayudar al sector financiero a finales de 2008, como consecuencia de la crisis que afectó a las instituciones bancarias, "no cuestan ni un céntimo a los franceses". El dinero aportado a los bancos generarán, según Sarkozy, intereses por valor de 1.400 millones de euros que se dedicarán a financiar medidas de protección social que beneficiarán a la población.