Los líderes mundiales buscan una solución a la crisis alimentaria
Abordan la fuerte subida de los precios de los alimentos, los efectos que tienen en ésta el cambio climático y los biocombustibles, y tratarán de dar respuestas y soluciones
ROMAActualizado:Líderes de todo el mundo analizan en Roma el actual alza del precio de los alimentos y sus efectos sobre las poblaciones más vulnerables, así como la repercusiones del cambio climático en la seguridad alimentaria. La Cumbre sobre Seguridad Alimentaria ha sido organizada por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) para intentar dar una primera respuesta coordinada al problema, que amenaza con hacer crecer el hambre en el mundo.
El director general de la FAO, Jacques Diouf, deseó recientemente que los líderes mundiales puedan acordar las medidas urgentes necesarias para impulsar la producción agrícola y al mismo tiempo proteger a los pobres de los efectos de los altos precios de la comida.
Los cincuenta jefes de Estado y de Gobierno participantes tratan de temas clave que influirán en la seguridad alimentaria en los próximos años, como el precio de las materias primas agrícolas, el cambio climático, las escasez de agua y tierras, el aumento de las necesidades energéticas y el crecimiento de la población.
800 millones de personas sufren hambre crónica
Los precios de los alimentos se encuentran en una espiral ascendente y aunque no se van a mantener los actuales niveles récord, se espera que en 2008-2017 estén entre un 20 y un 80% por encima de los registrados en los diez años precedentes. En los tres primeros meses de 2008, los precios nominales internacionales de los principales productos alimentarios alcanzaron los niveles máximos de los últimos 50 años, mientras que los precios en términos reales fueron los más altos en casi 30 años.
Así lo indica el informe anual de Perspectivas Agrícolas publicado por la OCDE y la FAO la semana pasada, donde se señala que el actual nivel de precios de los productos agrícolas hace previsible un aumento del número de personas que padecen hambre en el mundo.
Unos 800 millones de personas sufren hambre crónica, sobre las que el encarecimiento de la comida puede tener efectos devastadores y a las que se han unido otros muchos millones que ahora no pueden comprar la comida necesaria, lo que está creando protestas. Diuof, en una entrevista que publica el diario Financial Times, consideró que los países ricos deben aumentar diez veces la ayuda a la agricultura, hasta 30.000 millones de dólares anuales para resolver la crisis global de los alimentos.
Reservas de cereales en mínimos históricos
Además, las reservas mundiales de cereales se encuentran a mínimos históricos, unos 420 millones de toneladas, el nivel más bajo desde 1983, y aunque este año la producción crecerá un 3,8% no será suficiente para recuperar la normalidad.
El desarrollo de la demanda de los biocarburantes también puede contribuir a complicar el panorama y a ellos se puede atribuir un tercio de la subida de los precios de los productos agrícolas que se espera para el periodo de 2008-2017, según la FAO y la OCDE.
Muchos países se enfrentan además, al doble desafío del encarecimiento del petróleo y los alimentos, y la FAO ha identificado 22 naciones especialmente vulnerables por sus niveles de hambre crónica y su condición de importadores netos de petróleo y alimentos, como Eritrea, Níger, Comoras, Haití y Liberia. Sin embargo, la combinación de todos esos factores puede ser también, según la FAO, una "excelente oportunidad" para lograr mayores inversiones en agricultura por el sector público y privado de manera que se estimule la producción y la productividad.
El Banco Mundial ya anunció la pasada semana una nueva línea de financiación por 1.200 millones de dólares, incluidos 200 millones en donaciones, para aliviar el impacto de la subida de los precios de los alimentos en los países más pobres. La crisis alimentaria continuará hasta el 2015 con los precios elevados de los granos, según anunció en abril el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick. Pocos días después, la ONU hizo un llamamiento a los países donantes para que financien con 2.500 millones de dólares a las principales agencias relacionadas con la alimentación, el PAM y la FAO, de manera urgente, a fin de evitar una crisis sin precedentes por los altos precios de los alimentos.